PROYECTOS

PEÑAFERRUZ

El objetivo del proyecto “Historia y Arqueología en torno a la ruta de la plata en el concejo de Gijón. Historia y Arqueología medieval” consistía en conocer la secuencia histórica del concejo de Gijón entre la Antigüedad y la Edad Media: las transformaciones del poblamiento, las formas de ocupación, organización y explotación del territorio, y la dinámica del proceso de feudalización. Con este propósito se llevaron a cabo entre 1997 y 2002 prospecciones arqueológicas en el sector suroeste del concejo de Gijón (parroquias de Cenero, Porceyo y Ruedes), especialmente en torno al llamado “Camino Antiguo de Gijón”, completadas con documentación diplomático-archivística, microtoponímica, cartográfica y fotográfica; análisis territorial del entorno (recursos naturales, especialmente energéticos y metálicos, hidráulicos, agropecuarios) susceptibles de explotación; prospección intensiva y pormenorizada del asentamiento y su entorno, así como excavaciones en uno de los yacimientos altomedievales más significativos de la zona, identificado con el castiello de Coriel o Curiel. Además se realizaron otros trabajos interdisciplinares: prospecciones geofísicas de la cima del cerro y sus laderas circundantes, análisis composicionales y estudios ambientales (faunísticos, polínicos, antracológicos, carpológicos, geológicos, sedimentológicos, petrológicos, metálicos, cerámicos, etc.), así como ensayos gráficos e infográficos de reconstrucción del lugar y su entorno. Además del interés científico, los trabajos histórico-arqueológicos pretendían valorar las posibilidades de conservación y protección, así como su valor sociocultural con vistas a su promoción, divulgación y exposición, trabajos que se completaron en 2003.

Las excavaciones arqueológicas practicadas en la fortificación medieval del Picu Alba (Peñaferruz) supusieron la primera investigación históricoarqueológica realizada en un yacimiento de esta época y características en el concejo de Gijón. A través de esta investigación hemos podido conocer mejor un castillo altomedieval de Asturias, que desempeñó un papel importante de control, dominio y organización territorial en el contexto histórico regional, por más que el área de Curiel fuera un tanto marginal en la región.

 

 

 

<<ATRÁS

Los resultados de las excavaciones ofrecieron una información suficientemente amplia sobre el carácter del asentamiento, tipología y sistema constructivo de la fortificación, secuencia y cronología de la ocupación, así como el modo de vida y registro material de los habitantes del castillo.

Así, se confirmaron las hipótesis iniciales, poniendo de manifiesto la adscripción funcional y cronológica del lugar como fortificación medieval y no como castro prerromano o romano, aunque no cabe excluir rotundamente una ocupación más antigua, a juzgar por algunos materiales e indicios cronológicos. Su posición y emplazamiento dominante fue determinante para la implantación de un centro de poder y control de este espacio montañoso entre la costa y el interior de la región.

En resumen, sabemos ahora que la primera fortificación se remonta a la alta Edad Media, erigida en el periodo de la monarquía asturiana, consistente en un recinto amurallado que envuelve la cima del pico y provisto de una puerta monumental con una torre de sillares de arenisca, quizá reaprovechados de algún edificio romano cercano. En la plena Edad Media la sencilla muralla fue transformada en un castillo feudal, dotado de un potente torreón elevado sobre la antigua entrada monumental de sillería. Además, las laderas del cerro fueron también fortalecidas mediante una «coraza» pétrea y unos escarpes tallados en escalones, que debían ofrecer una imagen imponente desde los alrededores. Al interior, en el patio, se disponían algunas estancias domésticas y de trabajo metalúrgico, sucesivamente reformadas y reconstruidas entre la primera fase de ocupación (en torno a los siglos IX-X) y la cuarta fase (a finales del siglo XIII), cuando se abandona su uso como fortificación y centro de poder territorial. Aunque las estructuras conservadas son muy precarias (suelos, hogares, muretes, etc. de piedras, arcilla y mortero de cal), en cambio han ofrecido una gran cantidad de hallazgos arqueológicos: cerámica, metal (especialmente armamento de hierro y algunos objetos suntuarios de bronce), desechos de fauna terrestre y marítima, etc., todo lo cual permite conocer a fondo el modo de vida, condición social, alimentación, producción, relaciones sociales y comerciales de los señores y los habitantes del castillo.

Esta fortificación fue utilizada y habitada durante un largo periodo de tiempo, hasta finales del siglo XIII, cuando el castillo había perdido ya su estampa inicial. El abandono del mismo debió tener lugar a consecuencia de la reorganización política y territorial de la región, pasando a desempeñar las funciones centrales administrativas las nuevas polas de Siero y Gijón. No es casual que el límite entre ambos concejos sea –desde entonces y hasta la actualidad– la cárcava del castillo de Curiel, cuyo territorio quedó así dividido y repartido entre los nuevos alfoces concejiles.

La historia posterior del lugar ha quedado igualmente reflejada en la estratificación arqueológica; de este modo se registran sucesivas fases de abandono, reutilización con fines agropecuarios, ruina y derrumbe progresivo .

El sitio ha sufrido importantes transformaciones, alteraciones y destrucciones desde fines del siglo XVIII, hasta llegar al estado actual.

El castillo de Curiel.

En el contexto medieval de ese área destaca la fortificación de “El Picu Alba”, también conocido como “El Castiello”, “La Peña’l Castiellu”, “La Pica” o “La Pica Sergio” de Peñaferruz (parroquia de Cenero, Gijón), tanto por su emplazamiento y morfología como por el conocimiento histórico previo a las intervenciones. Ocupa un cerro de forma troncocónica destacado sobre la margen derecha del valle formado por el arroyo de Peñaferruz. Su característica silueta dominante se hace visible desde todos los alrededores en un radio medio de 2 km. La cima presenta una planta de tendencia ovalada, ceñida por una muralla de mampuestos de piedra caliza, de la que se intuía en superficie -antes de iniciar las excavaciones- su trazado general y alguna hilada del paramento.

La finalidad de las actuaciones proyectadas consistía en conocer el aparato defensivo y el sistema constructivo de sus estructuras, así como en establecer estratigráficamente la secuencia cultural y cronológica de la ocupación. La documentación medieval que permite identificarlo con el castiello de Curiel (J. M. GONZÁLEZ, 1976) entre los siglos XII y XIII, nos llevaba a considerar este lugar como un centro político de gran importancia para la política regia, que destinaba aquí tenentes, y para la articulación de todo el territorio suroccidental de Gijón.