La finalidad última que justifica la creación de un Archivo es la de recoger, preservar y difundir los materiales que conforman sus fondos. En el caso del Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias estas premisas, propias de cualquier archivo al uso, adquieren si cabe una mayor relevancia si atendemos a la peculiaridad de los fondos que han de ser recabados y almacenados y que por sus específicas características, centradas en la recogida de testimonios orales de diversa índole, se encuentran en permanente peligro de extinción al desaparecer con las generaciones que le han dado vida. La necesidad de recoger la memoria colectiva de una sociedad y en la misma medida preservar y difundir esa información guarda estrecha relación con las innumerables claves explicativas que en la memoria individual y colectiva son cultivadas y que aportan una rica información sobre las cuestiones más diversas del pasado y del presente. Informaciones que en muchos casos no aparecen reflejadas en la documentación escrita, bien sea por la carencia de datos sobre algunas cuestiones o por su limitada capacidad para reflejar otras. En ese sentido, la recopilación de fuentes orales tiene la virtud no sólo de complementar aquello que nos ofrecen las fuentes escritas, sino de recoger un valioso caudal de contenidos relacionados con la subjetividad, las visiones en primera persona, los testimonios de primera mano, lo íntimo, lo cotidiano, las ideas y mentalidades… todo ello dentro de una riqueza de matices en cuanto a la forma de expresión que los textos escritos no pueden suplir. El testimonio oral amplía enormemente las posibilidades de escuchar, con la propia voz de algunos de sus protagonistas, la visión de aquellos sectores sociales que tienden a estar más deficientemente representados en la letra impresa: las mujeres, el mundo rural, las clases populares, las minorías, los grupos tradicionalmente marginados… si bien sus potencialidades alcanzan a cualquier sector social, dado el carácter cualitativo de los relatos y la interactividad que caracteriza su recogida, al requerir la activa intervención del investigador a través del diálogo establecido en la entrevista. En la memoria de los entrevistados se contiene un inmenso caudal de informaciones acerca de los procesos sociales, acontecimientos históricos, ideologías, conductas, valores, estrategias, sociabilidad, conflictos, sufrimientos, anhelos y realizaciones a lo largo de toda una vida, e incluso la memoria heredada de sus mayores o impregnada de su entorno de la que los testigos son aún portadores y que, en definitiva, abre nuevas vías de investigación y análisis al redefinir otros enfoques ampliando las herramientas de  trabajo que, de esta forma, se enriquecen con perspectivas novedosas.

El tema central pretende explorar la relación que se establece, en un presente que actúa como bisagra, entre un pasado industrial y un futuro postindustrial y en qué medida ese pasado puede constituir un activo en términos de identidades colectivas, patrimonio cultural y recursos materiales e inmateriales. De qué modo sigue presente ese legado a medida que se transforman las estructuras socioeconómicas y, con el cierre de las fábricas y las minas, se abre paso una sociedad postindustrial. De los rasgos culturales e identitarios que habían caracterizado a comunidades basadas en el trabajo industrial, cuáles perviven, son resignificados o desaparecen.

En qué medida ese pasado sigue constituyendo un aspecto significativo de la realidad, ya sea a través de su preservación o de su alteración, y en qué medida su memoria puede adoptar un carácter traumático o generar lastres e inercias no deseados. Cuál es la relación a ese respecto entre pasado y presente y en qué modo el significado y las funciones otorgadas a ese pasado pueden resultar relevantes de cara a construir el futuro.