Cuaderno cuarto. Viaje 8. °. Gijón-Pravia-Belmonte-Avilés-Gijón. Día 25 de julio de 1792
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Miércoles, 25.-Esta mañana se oyó misa en casa; fuimos después a la de la Colegiata, que es una iglesia de tres naves, de buena y sencilla arquitectura, harto grande y aseada, y que prueba las grandes ideas con que emprendió esta fundación el Sr. D. … González Arango por los años de 1713. Pensó fundar canonjías, y quedaron sólo capellanías pobremente dotadas. Pasamos luego a la iglesia parroquial de San Andrés, que muestra bastante antigüedad en el arco toral punteado y las columnitas con capiteles de imaginería, que pertenecen al gusto y época de la arquitectura asturiana. No hay en esta iglesia antigüedad más notable que un sepulcro que se halla en la capilla de los Inclanes, situada al lado del evangelio, y es una urna alta de piedra de grano, sostenida sobre cuatro leones, y en su cubierta y costados tiene veinte escudos, adornados con cinco flores de lis cada uno. A su cabecera se lee la siguiente inscripción:
Aquí yaz Pedro Fr… Pravia, chanceller de D. Rodrigo Pérez Pons, a quien Dios perdone. Murió en el Real de sobre Algecira martes trece días andados del mes de enero. Era de mil e trecientos e ochenta e dos años.
Puede sospecharse que, faltando en esta piedra sólo el apellido, cuando todo lo demás está bien conservado, no sin malicia se habrá hecho saltar el pedazo que le falta. A mí me parece que decía fRL.z, que equivaldrá a Frólaz o Frólez, después derivado en Flórez, que es el patronímico de Fruela o Froila. Acaso por la Crónica de D. Alfonso XI se podrá descubrir esto. Sea como fuere, la inscripción dice así:
[Faltaba el dibujo en el ms.]
Otros sepulcros se ven en el atrio de esta iglesia, con las mismas armas. El párroco ofrece reconocer el depósito de las reliquias. Estando en ella, don José de Salas me presentó dos inscripciones que se hallan en la iglesia parroquial de aquella villa, y aunque creo tener ya copias en Madrid, las repetiré aquí por si se extraviasen. Dicen así:
1. ª Depreco vos servi dei – qui ad hunc sepulcrum intraveri – tis pro me Adefonso orare non pi – geatis, sic regnum xpi – sine fine possedeatis hic requies sic famulus dei Adefon – sus confessus qui obiit die… IN ERA MVIIIA.
Por esta incertidumbre de las notas numerales se puede sospechar que no esté bien copiada la inscripción, singularmente en la fecha.
2. ª Ex multis temporibus destructa. – Adefonsus confessus inmelius eam – jusit renovari atque restaurara et pro tali laborem sit illi Deum adjutorem et protectorem ut ante – dominum abeat pro tali facto dig – nam remunerationem.
Conócese que pertenecen a un mismo sujeto, de quien podría saberse algo más por las escrituras coetáneas si fuese cierta la época. A visita a casa de los marqueses de San Isidro; buen rato de bulla con la marquesa y el fraile, y luego a comer en casa con D. Santiago Bango y el juez Inclán, que nos convida para ir mañana a su casa de Belandres y ver de camino los puertos de Muros (o San Esteban de Boca de Mar). Después de siesta bajamos a pasear a la vega; de ella se ve a la opuesta orilla: primero, la peña de San Fabián; segundo, la de Peñaullán, donde está el actual embarcadero; tercero, la Peñalonga, y a su pie la nueva hacienda de La Robla; entre estas dos peñas está el pico de Birabeche, sobre el cual hubo en lo antiguo un castillo, y aun dicen existir vestigios de él, y una calzada que daba comunicación con una fuente; cuarto, Peña la Traviesa.
Frente de ésta tomamos el barco para pasar del otro lado, y seguimos la orilla septentrional del Nalón para ver su unión con el Narcea. Al llegar a una garganta del lugar de La Viesca, parroquia de Pronga, se ve el gran río que viene por la izquierda caminando norte-sur, y casi frente de nosotros el Narcea, que viene casi de oriente a poniente por la vega de Quinzanes, coto del marqués de Valdecarzana. El Nalón corre muy majestuosamente por un margen harto ancho, y, al contrario, el Narcea, más estrecho, aunque no mucho, viene con más ímpetu a cortarle, y confunde luego en él sus aguas y su nombre. Dicen que en tiempo de avenidas es más furioso y abundante el Narcea, porque las alturas que vierten a él son más elevadas y pendientes, bien que de ordinario es mucho mayor el caudal del Nalón. Al volver sobre nuestros pasos se ve en la otra orilla la Peña Malata, y más adelante otro cerro sobre el cual está la ermita de Santa Marina, término del lugar de Forcinas. Volvimos a tomar el barco de este nombre donde le dejamos, y, atravesando la vega, a casa. Después de beber fuimos a casa de San Isidro, donde hubo baile, en que danzaron y se alegraron las gentes del pueblo. Cantó también la marquesa. A casa, y a la cama para madrugar.