Domingo, 17, de abril, Pascua de Resurrección. – Misa de destacamento y tertulia de chocolate ídem, a que asistieron monsieur San Cric [Saint Cric], de Pólvora, y monsieur Parent, destacado, porque nuestro amigo el capitán [Ignacio] Estenoz había bajado a diligencias. Trájonos después tres relojes de oro, de 40 pesos para el capitán y de 36 para los dos subalternos. El vestirse, separar algunos libros prestados o regalables y atender a otras impertinencias consumió el tiempo hasta las once, en que estaba pedido el coche. Era la berlina del señor [Tomás de] Verí.
A casa del general [Juan Miguel de Vives y Feliu], que estaba en la corte. Hecha la entrada, visita a la Generala [María Antonia Escavias de Carvajal]. De allí, a la Cartuja o casa de su Procura, donde se recibió el cumplido de los cuerpos: Suizos, Voluntarios de Aragón y Borbón. Después, la Ciudad y varios caballeros particulares, y la señora doña Onofra Dezcallar, mujer del capitán de artillería Mor [Lamor]. Se recibió una guardia de honor de compañía, con bandera y música. Se regalaron tres relojes de oro a los oficiales de suizos: capitán don Julio Christen, teniente don Sebastián Ihst y alférez don …, con gratificación a la tropa y música.
Diluvio de visitas y, despachadas, al coche, para las presentaciones a los señores segundo general, [Juan] O’Neille, obispo, don Bernardo Nadal [y Crespí]; intendente, don José Jáudenes, y regente, don José Cava. A comer con el general [Juan Miguel de Vives y Feliu] que, a pesar de mis ruegos y sus palabras, tuvo un convite, aunque no de muchas gentes. Después, a casa de [Antonio de] Salas, donde estaba toda la familia. De allí, por la muralla, a la Procura y vuelta hasta el castillo con varias personas que se agregaron, entre otras, el Marqués de la Bastida y don Antonio Desbrull. Nos dejaron para reunirnos a nuestros amigos borbones, con quienes volvimos al castillo. El cabildo ha pedido hora para su cumplido.