Miércoles, 20 de abril. – Cumplido de la Universidad y de los prelados de Santo Domingo, mínimos, agustinos, capuchinos y, al fin, franciscanos. Salida a volver la visita del cabildo: recibida en el pleno y sala capitular. Vuelta entre muchas gentes, como a la entrada. Tanda de visitas, entre ellas las de los inquisidores: el mayor pintaba no mal para mera afición y sin dibujo. Casa del oidor [Nicolás] Campaner y a comer en casa del Conde de Montenegro [Juan Despuig y Dameto], también en familia y aun menguada, porque capiscol y hermanos estaban en un convite de escote. Después de comer, revista rápida de las pinturas y piezas de escultura y libros hacinados, y las obras proyectadas y empezadas para museo y biblioteca. A casa de don Antonio Desbrull, para tratar de viaje a Pollenza [Pollença] y Alcudia, aplazado para mañana, y luego a la de [Antonio de] Salas para acordar hora y ruta. Nos seguirán el doctor [Ignacio] Bas [y Bauzá] y creo que yo [Manuel Martínez Marina] seré de la partida; tal vez Juan [Malleu] también. Vuelta al castillo, donde llegó el amo con la cabeza pasada del frío y fatigado del ajetreo del día.
Una carta recibida de Valencia de don Bernardo Iriarte, con otra de [Juan Agustín] Ceán [Bermúdez] del 30 de marzo, recibida hoy, anuncian la partida del primero a Madrid y la restitución del segundo a su plaza, con su antigüedad y sueldo. Recibió el amo la noticia con lágrimas. ¡Gracias a Dios por tan clara protección a los inocentes! A la cama a las diez.