Jueves, 21 de abril. – Salimos del castillo a las ocho y nos esperaban los señores [Antonio de] Salas y Desbrull (don Antonio). ¡Adiós plan hecho antes! Ya no pudo venir el doctor [Ignacio] Bas [y Bauzá] y yo solo partí con Su Excelencia, quedando don Domingo [García de la Fuente] y Juan [Malleu] en Palma para disponer algunos trebejos que vinieron por un trajinero, menos la cama, que se creyó excusada, y algunas menudencias que nos hacen mucha falta.
La campiña del término de la ciudad es rica en sembrados y arbolados, sobre todo en almendros, que le conviene con preferencia, y así toda, casi hasta el término de Benisalem [Binissalem]. Antes de él, entramos en el gran predio de Son Salas [Son Sales], partido por concordia judicial entre este caballero [Antonio de Salas] y don Tomás Verí, casi por el medio, con intervención de los amigos de entrambos y aprobación judicial, con una armonía sin ejemplo.
A Benisalem [Binissalem], a cuya entrada se empieza a conocer el viñedo, cultivado con esmero, pues que cada año se poda, ara y cava dos veces; no es menos cuidado el cultivo de granos, ni menos rico por su arbolado de almendros y frutales. Su iglesia, grande y rica, y toda de mármoles de la isla. El retablo nuevo que se hace para la venerable Catalina [Tomás], también de mármol y gusto moderno y tolerable arquitectura. En el mayor, rico por la abundancia y variedad de sus mármoles, la idea es pésima, por sus entradas y salidas para acomodarse al plano, que es semicircular, y por la desproporción del segundo cuerpo, que quiere tocar con la bóveda. Los Ferreres, hijos y padre, se presentaron y ofrecieron su casa; visita a su familia y al coche, para comer en Son Pelay [Son Pelai]. Allí, madama La Romana [Dionisia de Salas y Boixadors], que vino del predio de Son Forteza, do tiene a sus hijos huyendo de la tos epidémica de Palma.
Al coche: camino y escenas empiezan a variar; aquel, malo desde el sitio llamado El Fangar [Fangar o Fangar d’En Gallet] hasta dos leguas de Pollenza [Pollença], sobre una piedra esquistosa, llena de carriles y desigualdades. Pasámosle a pie y en coche, y se hizo más penoso sobreviniendo la noche; y, a más de las nueve y cuarto de ella, habiendo pasado calor, fresco y sereno, llegamos harto molidos a casa del señor [Antonio] Desbrull (Pollenza), donde apareció muy luego el prior de Santo Domingo, que está al frente, el rector y un capellán de la villa, que parece muy amigo de la casa, así como un lego, gordo y cojo, de la dicha comunidad. Cartas al doctor [Ignacio] Bas [y Bauzá] y don Domingo [García de la Fuente]; conversación en la chimenea, cena y a la cama después de media noche.