Domingo, 10.-Mañana clara; nordeste. Preparación para el informe de Ángulo. Misa. Paseo con J[uan] J[acobo] en la Luneta. Dicen que la villa revocó su acuerdo de fiestas; que no concurra con otros cuerpos, que no contribuya nada, que no avise ni se ponga de acuerdo, que sepa sólo el día y haga una fiesta; éste, dicen, fue el acuerdo, del que Ramón de Jove fue nombrado vocal a la Junta general del Principado con las dos medias voces del concejo. ¿Qué tal?
Por la tarde ensayo del drama; no me gusta; después del baile va bien. Paseo leyendo; luego D. Ramón. De vuelta está esparcida por el pueblo la triste noticia de haberse apoderado los franceses de San Sebastián; trájola el capitán de un barco procedente de Santoña que viene por carbón. Salió de allí ayer; dice que ya el capitán de aquel puerto tenía aviso formal; aun se puede creer voz dudosa. A casa; luego Pedrayes. Si la noticia es cierta, peligra Bilbao y Santander por la fundición de La Cavada y minas de Somorrostro. Lectura en Risco; despídese mi criado Pachín; está malo del pecho; se va a convalecer a su tierra; se le da algún dinero a cuenta, y deja el resto de salarios devengados, que es corto, porque dice que volverá. Gran nordeste hasta puesto el sol.