Martes, 5.-Novedad; me despiertan con carta de Camposagrado: que de Madrid le dicen que será notable que, huyendo por enfermo de campaña, se entretenga en diversiones públicas. Duda qué partido tomar; le aconsejo el más seguro; si quieren, que hagan sin él la tragedia; yo no me mezclaré en ello.
Conferencia con Pedrayes sobre la Ordenanza; concluidas y apuntadas sus advertencias, que recaen sobre puntos pequeños y de corta influencia. Lo más esencial de todo es la distribución del curso matemático, en que no sé ha fijado aún. Paseo de mañana. Al Instituto: sigue la enseñanza de dibujo; sólo tres o cuatro hacen progresos conocidos. Al ensayo de baile; a paseo. Corre la obra del almacén, que empezó ayer. Con Pedrayes: proposición de que enseñe el álgebra a Alvargonzález, admitida; se arregla la hora por las mañanas, de ocho y media a nueve y media. Alvargonzález entra con gran deseo de aprovechar. Bellísima tarde, parda y algo caliente. A casa: Conversación de Sarmiento y Campomanes. Lectura en Risco.