Cuaderno quinto. Viaje 11. °. Excursión a Avilés. Día 15 de julio de 1794

Comienzo de texto

Comienzo de texto: Martes, 15.-Buena mañana; extender el diario, y a vestirme para acabar mis visitas; visita de D. Rodrigo Ponte, que llegó de las

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Martes, 15.-Buena mañana; extender el diario, y a vestirme para acabar mis visitas; visita de D. Rodrigo Ponte, que llegó de las pruebas de caballero; conversación de caminos. Los de Luarca tienen pedido el arbitrio del fondo general para el suyo, y el gobernador ofrece protegerlos.
Encuentro con Prada, y voy con él a reconocer el sitio del Monumento y la Clica, desde el pórtico de San Nicolás; junto a ellos San Juan de Nieva, hoy ermita; pertenece a la parroquia de Santa Leocadia de Laviana; sus diezmos, de San Vicente, a quien ambos territorios, Santiago de Ambiedes y la playa de Chagón [Xagó] pertenecen; luego San Martín de Podes. Visitas. Reconocimiento de las aceñas de Camposagrado, antiguas; arruináronse; reedificólas el marqués don Francisco, padre del actual, en 1786; tienen cuatro muelas: una sola muele trigo, aunque pueden dos, y las otras maíz. Llénanse en la pleamar, y entretanto no corren; pero empiezan a media marea y muelen por espacio de cinco o seis horas. Su estado actual es de no producir conocida utilidad: primero, porque no tienen toda la molienda que pueden hacer; segundo, porque en las mareas pequeñas no se llenan bastante; tercero, porque entonces es menor el espacio de tiempo en que muelen. Rentaban cincuenta fanegas; perdíanse los molineros. Bajóse la renta, y se perdían todavía, o por lo menos así lo alegaban. Hoy van por cuenta de la casa, y se hace un escrupuloso ensayo del producto. El cura de la Magdalena, que es el mayordomo, indica que el resultado es poco favorable.
A San Nicolás: sepulcro de Pedro Menéndez de Avilés, al lado del evangelio, empotrado en la pared; arco encima; lápida con esta inscripción: Aquí yace sepultado el muy ilustre caballero Pedro Menéndez de Avilés, natural de esta villa, Adelantado de las provincias de la Florida, Comendador de Santa Cruz de la Zarza, de la Orden de Santiago, y Capitán general del mar Océano y de la Armada católica que el Señor Felipe II juntó en Santander contra Ingalaterra en el año de 1574, donde falleció a los 17 de setiembre del dicho año, siendo de edad de cincuenta y cinco años.
Enfrente, y con la misma colocación hay otro enterramiento con igual lápida, en que dice:
Aquí yacen sepultados el doctor Lope de Miranda, del C. de S. M., su oidor en Méjico, hijo de Sancho de Miranda, señor de la casa de Miranda, y de doña Leonor de las Alas, su mujer, y doña Andrea Larios y Bonilla, su mujer, los cuales dejaron fundada en esta iglesia una memoria de tres mil maravedís de renta en cada un año para la fábrica de ella, y una misa perpetua cada día, que han de decir dos capellanes, a quienes dejaron señalada renta para ella, y por patrono de la dicha memoria y capellanías al señor de la casa de Miranda: año de 1612.
Capilla de la casa de Alas, con sepulcro alto, dedicada a San José. El monumento estriba en cuatro leones; tiene dos lápidas con inscripciones en sus orillas, de letra alemana. La primera: Aquí yace el muy magnífico señor Fernando de las Alas, el qual fue Dios servido de llevar de esta presente vida a 26 de julio, año de 1545. Segunda: Aquí yace la muy magnífica señora la señora Catalina de Quirós, mujer que fue del señor Fernando de las Alas. Sobre cada una sus armas. Las de la mujer con los escudos de Quirós y Miranda. Tiene entrada por fuera; portada graciosa; encima las armas de Quirós en primer lugar. Comida en casa de Camposagrado, finamente servida; el abad de Cenero, su hermano D. Miguel, Pepito Prada, Peñalba, D. Gonzalo, Juanín y el chico de Carbayedos, con su tío don Antonio; buen humor.
Despedida. Monto a caballo y me acompaña Prada. Todo el camino de mucho y excelente guijo; pudiera construirse un camino nuevo y magnífico a poca costa. Paréceme que con 300.000 reales se harían las cuatro leguas cortas que hay a Gijón. A la vista parece que este camino vendría mejor a Aboño, y seguiría cortando todo el valle de Carreño; las cuestas de Jove y Carrió serían más accesibles que las de Poago y San Pablo; es verdad que se necesita un puente sobre Aboño, pero también servía el camino para Candás y Luanco, que pudieran abrir fáciles comunicaciones a él. Sepárase Prada en Tamón para ver al cura de Ambás. Bella tarde; llego a las cuatro horas. Tabern y Delgado vienen a la tertulia. Carreño con ellos, que vino con ocasión de la muerte de su tía. Acordamos la conferencia para mañana a las diez.

Referencia: 06-611-01
Página inicio: 611
Datación: 15/07/1794
Página fin: 613
Estado: publicado