Perdida. Se refiere a ella Jovellanos en el Diario, fecha citada: «Por la noche viene carta del escribano de villa don Alonso Antonio Álvarez, con un presente para el Instituto de dos candeleros (parecen de metal plateado o con hoja de plata), de muy bella forma, con dos juegos de espabiladeras y su platillo, acompañado de una carta muy retumbante que parece dictada por Bango. Respondíle al punto dándole gracias y manifestándole el gusto que tenía en que hubiese anticipado el primer ejemplo de generosidad y patriotismo a un establecimiento que debía consolidarse al influjo de estas virtudes; que daría cuenta al mismo Instituto, haría archivar su carta y inscribir su nombre en el Libro-Memorial, como de uno de sus primeros bienhechores».