Recibo, mi Jovino amado, con doble gusto y con grandísima ternura la enhorabuena que me das por mi retiro. Tú conoces bien cuán justo motivo de contento es para mí, que resuelto muy firmemente a dejar el servicio y negar la atención a los halagos de mayor fortuna, con que me brindaba, no podía prometerme tan cumplido logro en el retiro como es todo el sueldo de capitán de navío y la gracia especialísima de usar del uniforme de Guardias Marinas, además del de la Armada; es, sin duda, muy recomendable esta gracia, porque muy recientemente se mandó por Real Orden que sólo los capitanes propietarios pudiesen usar este uniforme, y eso sólo mientras sirviesen en el Cuerpo de Guardias Marinas.
Pero nada es tan precioso para mí y para nosotros todos los de la familia como la honrada memoria que S.M. se digna hacer de la gloriosa muerte de nuestro hermano Gregorio; esto sí vale, mi Gaspar, por el grado de brigadier que tú pedías para mí, que queda recompensado con el uniforme de Guardias Marinas. Yo te aseguro que tan distinguido retiro se concede a muy pocos, y que me tiene confundido de aprecio para vivir en una gratitud íntima y perenne al Rey, con vivos deseos de sacrificarme todavía, si hay alguna vez oportunidad para ello, y me deja también obligado al más sincero reconocimiento a Valdés. De todo le manifiesto en oficio los más expresivos sentimientos, conteniéndome de hacerlo privadamente, por respeto a su dignidad y ocupaciones. Pero te pido que si se da ocasión le digas con cuánta ternura viviré siempre en agradecimiento de sus bondades y de la estimación que crees hace de mi persona.
No puedo ponderarte cuánto aumenta la satisfacción del día el ver a todos los vecinos, llenos de gusto, correr a estas puertas a celebrar con nosotros nuestro gusto, y complacerse todos con nosotros y entre sí de tenerme asegurado por compatriota fijo en esta villa. Con eso, dicen, tenemos agarrado al consejero, y tenemos con eso seguros los adelantamientos del pueblo, etc.
Va ese recurso del cirujano al Ayuntamiento, que éste me pasó por don Pedro Llanos, para rogarte protector en la solicitud de que se admita a examen aquél, suplida la falta del grado, a fin de conferirle entonces la plaza de médico de la villa; es mozo de gran tino y felicísima práctica en la facultad, y muy aplicado y juicioso.
Todos, todos nos interesamos en su favor. Ahí va un apunte que te gobernará en el asunto. Dan las diez y marcha el correo. Adiós. Tuyo finísimo hermano
F. P.
El oficio de Valdés fue a Ferrol, y así tardamos en saber de mi retiro 8 días más.