Mi más estimado dueño y amigo: Con la relación de nuestro último certamen, a que va unida la del anterior, hago a usted dos instancias en favor de los auxiliares de mi celo. Estos profesores de matemática y náutica miran con aflicción que, mientras los que sirven en las escuelas de Coruña y Santander en enseñanzas muy triviales obtienen repetidos grados y ascensos, se deje sin distinción ni premio su sobresaliente desempeño en otras más cumplidas. El vicedirector, que es mozo de mucho mérito, así por su saber como por su vigilancia, cree también que puede aspirar a la gratificación de mesa con tanta justicia como cuantos la gozan. Yo, por lo que los amo y porque a su bienestar se halla unido el interés de esta enseñanza, recomiendo a usted una y otra instancia, bien seguro de que, si pudiere, concurrirá con su influjo al logro de tan justos deseos.
Otras quisiera hacer para consolidar más y más este útil establecimiento; pero los tiempos son malos. Vendrá la paz, y se podrán volver los ojos a objetos más dignos de la atención, del celo y la ternura de la humanidad. Entretanto desea a usted salud cumplida y cabal satisfacción su más apasionado amigo
Jovellanos.