Mi muy estimado amigo y señor: Como usted sabrá por otra parte los extraños acaecimientos de mi viaje y el débil estado en que llegó mi salud a este término de él, me contento con decir a usted que estoy aquí y que aquí y en dondequiera que estuviere, tendrá usted siempre en mí un amigo y apasionado, que no olvidará los buenos aunque rápidos momentos que pasamos juntos en esa isla, y las muestras de amistad y franqueza con que usted me ha honrado en ella.
Sírvase usted de extender esta expresión a la señora hermana y sobrinos, y particularmente de asegurar al Sr. don José de mi aprecio y tierna memoria, mientras me repito de él y de usted afectísimo amigo
Gaspar de Jovellanos.