De Jovellanos a Henry Richard Fox, lord Vassall Holland

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Comienzo de texto: Excmo. Sr.: Al cabo de diez años puedo por fin reconocer una deuda de gratitud en que me tiene empeñado la generosidad

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Excmo. Sr.: Al cabo de diez años puedo por fin reconocer una deuda de gratitud en que me tiene empeñado la generosidad de V.E. Volviendo yo desde Aranjuez a Madrid en 1798, hallé en mi casa una obra de literatura inglesa, sin que pudiese averiguar quién ni con qué fin la había puesto allí; pero exonerado del breve ministerio que entonces ejercía, y restituido a mi casa de Gijón, supe por el difunto obispo Llano Ponte, nuestro común amigo, que aquél era un presente de V.E. La guerra que se hacían nuestras naciones me hizo esperar mejor coyuntura para escribir las gracias a V.E. por aquel favor. Mas entretanto, sorprendido en mi casa, conducido a Mallorca y encerrado primero en una cartuja, y después en un castillo, permanecí allí por espacio de siete años, hasta que el nuevo desgraciado rey Fernando VII me restituyó la libertad.
Obtenida, vine luego a esta villa para reposar en los brazos de la amistad de tan largos trabajos, y reparar mi salud, muy quebrantada por ellos; pero apenas llegué, cuando otra especie de persecución vino sobre mí, pues que en pocos días recibí cuatro correos del nuevo intruso gobierno, que me llamaba con instancia a Madrid, y al fin otro en que se me nombraba ministro del Interior. Firme contra tantos ataques, logré salvar mi honor y conservarme en este retiro, hoy libre ya de ellos; y en él sé con indecible placer que la España puede decirse otra vez amiga de la Inglaterra. Apresúrome, pues, a escribir a V.E., así para darle las más finas gracias por aquella antigua estimable memoria, como para congratularme con V.E. en la feliz reconciliación de las dos naciones. Grande es, por cierto, y peligrosa la lucha en que está ya empeñada la mía; pero los esfuerzos que se hacen para sostenerla son tan generales y enérgicos, tan aguijados por el dolor de la injuria, tan animados por la esperanza que inspira la justicia y, por lo visto, hasta aquí tan gloriosos y felices, que nadie teme caer en ella. Permítame, pues, V.E. que yo aproveche esta ocasión para recomendarle la causa de mi patria, que es ya la causa de la justicia y de la humanidad; y pues que la alta opinión y la elocuente voz de V.E. tienen tanto influjo en las resoluciones de su gobierno, del cual el nuestro puede y necesita y espera recibir tantos auxilios, dígnese V.E. de contribuir a que ellos sean tales, y tan fuertes y sostenidos, que nos ayuden a triunfar de los tiranos de Europa, y sirvan además para atar a la España y a la Inglaterra en un vínculo de amistad tan leal y duradera, cual conviene al noble y firme carácter de ambas naciones.
Entretanto, tengo el honor de ofrecer a V.E. mi sincera gratitud y de asegurarle de la alta estimación y profundo respeto que profeso a su digna persona, y con que soy el más reconocido y reverente servidor de V.E., q.s.m.b.,
Gaspar Melchor de Jovellanos.

Referencia: 04-568-01
Página inicio: 568
Datación: 16/08/1808
Página fin: 570
Lugar: Jadraque
Estado: publicado