Mi estimado amigo y dueño: En el tiempo de mi breve residencia en Aranjuez fue S.M. servido de aumentar la dotación del Instituto que había fundado en esta villa, consignándole dos pensiones de doce mil reales cada una sobre las mitras de Cuenca y Toledo, y un beneficio en la diócesis de Cartagena, que debía vacar por promoción del abate Guevara. Esta última vacante se ha verificado ya, y por la Cámara se habrá escrito a ese señor prelado, a fin de que asigne para este Instituto los frutos del dicho beneficio, a consecuencia del real decreto. Yo tengo confianza en su ilustración de que lo hará su señoría ilustrísima sin dificultad y sin exigir dispensa pontificia, pues que cabe en sus facultades primígenas hacer por sí solo esta agregación. Y como en ello se hará un gran bien a este útil y piadoso establecimiento de educación pública, excusándole la detención y los fuertes gastos de la expedición de la bula, no puedo dejar de recomendar a usted este asunto, así confiado en que mejor que nadie podrá remover cualquiera duda que ocurriere en la materia, como en que por su amor a las letras y por su acreditada amistad a mí, tomará este encargo con el celo y fineza que merece su objeto.
Ítem más, obtenido que sea, ruego a usted tenga a bien aceptar el poder que con su aviso y las prevenciones que se servirá darme le enviaremos de aquí para poner corriente la expedición y uso de esta Real gracia, arrendar los frutos del beneficio y demás que fuere necesario, el cual poder irá con amplísimas facultades, inclusa la de sustituir, para que nombrando usted persona de su confianza que le excuse toda molestia personal, reduzca al mínimo esta impertinencia, bien entendido que los gastos que en el asunto ocurrieren, se librarán sobre Madrid, según el aviso de usted, con la mayor puntualidad.