De Jovellanos a José de Guevara Vasconcelos

Comienzo de texto

Comienzo de texto: Mi estimado amigo, compañero y señor: Cuando salí de esa corte estaba criando un hijo, el cual, en mi larga ausencia, llegó a su edad

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Mi estimado amigo, compañero y señor: Cuando salí de esa corte estaba criando un hijo, el cual, en mi larga ausencia, llegó a su edad robusta, y tanto, que ya es preciso que salga a correr fortuna por el mundo. Debiendo, pues, buscarle alguna sombra que le libre de males y peligros, ¿a cuál la acogeré yo mejor que a la de usted, que por lo que estima a su padre no puede dejar de mirarle con cariño o por lo menos con indulgencia? Vea usted, pues, el objeto de la presente carta: recomendarle el Informe sobre la Ley Agraria, trabajado por encargo de la Sociedad, y que con esta fecha dirijo a su secretario. [Mi] deseo es de que usted se encargue de leerle, cosa que no resistirá el secretario, siquiera por no verse empeñado en tantos latines.
Yo sé lo que puede ganar o perder una obra en ser bien o mal leída y no quiero defraudar a la mía de la ventaja que puede recibir en la expresión de usted y en su inteligencia.
Supongo que la lectura se hará en plena Sociedad y ya se ve que sería en mí una presunción temeraria suponer que entre tantas y tan varias cabezas no habrá alguna que no apruebe nuestros principios. Sin embargo, puedo esperar que los aprobará el mayor número y que la autoridad y persuasión de usted bastará a reducir a los demás a un asenso pasivo y a evitar contradicciones y bullas, que serían para mí indiferentes si lo pudiesen ser para un objeto tan importante.
Si el Informe se aprobase, debe subir inmediatamente al Consejo, y yo no dudo que entonces la Sociedad estará dispuesta a imprimirle. Acaso no tendrá proporción para hacerlo, pero en tal caso podrá solicitar, en el oficio mismo de remisión o separadamente, este permiso, fundándole en dos grandes razones: primero, en que es parte de un expediente impreso; segundo, en que sólo así podrá ser leído y reflexionado por los señores votantes.
Si se imprimiere querría yo que fuese usted quien se tomase el trabajo de dirigir y corregir la impresión. La copia que envío es muy incorrecta en su ortografía, y este punto no puede olvidarse; y, por otra parte, sabe usted cuánto importa en obra tan larga y en que no he podido evitar la necesidad de algunas notas y citas, la exactitud y limpieza de la edición.
He aquí mis deseos. Quizá usted los juzgará temerarios, porque suponen que tengo mi obra en más de lo que acaso vale. No puedo negar que la estimo, siquiera por el trabajo que me ha costado. Puedo decir que ella ha ocupado todos los instantes que pude robar a mis primeras obligaciones; que para hacerla he estudiado mucho y he meditado mucho más, y que, sea el que fuere su mérito, es lo mejor que yo he podido hacer y lo más a que pude llegar. Es, pues, natural que yo la estime, aunque soy incapaz de hacer vanidad de ella.
Si hubiese de hablar de su materia sería necesario detenerme mucho y es gran fortuna que no necesite de hacer explicaciones para exponer a usted los fundamentos del partido que abraza en las grandes y espinosas cuestiones que envuelve. Pudiera, ciertamente, haber dicho más en cuanto a amortización, mayorazgos, contribuciones, etc.; pero usted, que conoce cuánto hay que vencer para llegar en estos puntos a conseguir algo, hallará tal vez que he puesto el tiro muy adelante. No basta ver a dónde se debe llegar: es preciso no perder de vista el punto de que se parte.
Por último, si la Sociedad acordase alguna corrección, sea usted también quien se encargue de ella. Estamos lejos, pero la pluma nos acercará. Se trata de hacer algo por el público; ayúdeme usted a ello, y, seguro de mi buen afecto, disponga y mande cuanto y como quiera a su muy fino amigo y compañero
Jovellanos.

Referencia: 02-639-04
Página inicio: 639
Datación: 28/05/1794
Página fin: 641
Lugar: Gijón
Estado: publicado