De Jovellanos a José Espinosa Tello

Comienzo de texto

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Mi estimado amigo y señor: Usted me propone en su favorecida una idea que yo revuelvo en mi ánimo desde el principio de esta fundación, pero a cuyo establecimiento me habían opuesto muchas dificultades. Veo ahora por la de usted que, si se quiere trabajar, no hay alguna que no sea vencible, y aunque en el momento estamos sin medios, si quiere Dios que Galiano venga salvo y nos traiga los fondos que esperamos de Méjico, podremos destinar el necesario para proveernos de sextante, reloj y acromático, y armar nuestro pequeño observatorio. Quiero por tanto tratar con usted este punto, porque su arreglo necesita consejo e instrucciones que no pueden venir de mejor parte. Sé que usted está muy ocupado; pero sé que tendrá también proporciones para encargar este cuidado a algún amigo de su confianza.
1. ° Desde el principio encargué yo a Londres los tres instrumentos citados, con más unas esferas de gran diámetro. Por desgracia pasó este encargo por mano del cónsul inglés de La Coruña, hombre a la verdad instruido, pero de grande extravagancia, y que nunca nos dio de su comisión desempeño ni razón satisfactoria. Escribimos a Mendoza Ríos, enterándole de todo para que nos ayudase; mas como era de otro el encargo, ni él pudo hacer ni nosotros pedirle más que un auxilio que no tuvo ocasión de dar. Por fin, el cónsul murió; se declaró la guerra; los fondos se distrajeron a máquinas e instrumentos de física, y aquel pensamiento (poco deseado por otra parte de estos maestros) se abandonó. Ahora bien, ¿querrá usted por amor a las ciencias y al público encargarse de adquirirnos, sea por Mendoza o por otro medio, los tres dichos instrumentos? Deseo saberlo. En tal caso esperemos sólo la vuelta de Galiano, y yo avisaré.
2. ° No bastarán los instrumentos sin una instrucción, ya sobre su uso, ya sobre el modo, tiempo y objetos de las observaciones, y sobre su redacción, etc. Los dos pilotos profesores de aquí son muy buenos mozos; han estudiado, dicen, la astronomía; pero hablando con usted en confianza, no me persuado a que sin dirección consejo puedan por sí mismos plantear y promover el establecimiento. Por lo menos la instrucción los ayudará a hacer uno y otro con más fruto. ¿Querrá usted encargarse de hacerla o hacerla hacer? Yo tendría en ello la mayor satisfacción.
3. ° Hace muchos días que revuelvo en mi espíritu el deseo de hacer aquí en pequeño lo que usted deseó hacer en grande, de emprender una carta topográfica de este concejo, y lograda, acometer a las de toda la provincia. Para lo primero contaba sólo con nuestro trabajo, nuestro celo y nuestros pocos medios; para lo segundo con auxilios de la provincia misma, acordados en junta general. En la que se debe celebrar el año venidero puede haber ocasión favorable para lograrlos, porque hay un buen regente y está de procurador general Camposagrado. Para esto se necesita también de consejo y dirección de otra especie. ¿Querrá usted hacer que la instrucción indicada se amplíe y extienda a este objeto? Tenemos un buen teodolito. ¿Bastará junto con los otros instrumentos?
4. ° Estos jóvenes no estudian de la astronomía sino la parte necesariamente enlazada con los elementos de náutica, que yo no creo que sea suficiente para los dos objetos, o creo por lo menos que ellos deseen algo más. En nuestro curso de física se enseña la mecánica y la física celeste, o astronomía física; pero a otros jóvenes que no siguen los estudios náuticos, y a quienes falta por consiguiente la astronomía abstracta. Creo, por tanto, que para adelantar en nuestro objeto sea necesario establecer una enseñanza elemental de astronomía. ¿Cómo? ¿Por qué autor? ¿Con qué método? ¿Y con qué extensión?
5. ° Usted comprenderá que se trata de un proyecto en pequeño, y que nos contentaremos con poco; pero como el Instituto recibe ya algunas proporciones favorables, como la protección y el tiempo pueden dárselas mayores, como, en fin, en estas materias los primeros progresos llaman a otros y empeñan en buscarlos, fácilmente comprenderá usted que cuanto más completa sea la instrucción que se nos enviare, tanto mejor.
¡Cuánto me duele la delicadeza de salud que usted me dice! ¡Cuánto deseo su restablecimiento, por usted, por los objetos que promueve, por el público! Cuídese, pues, cuanto pueda; asegúrese de mi fino afecto, y en fe de él mándeme, etc.

Referencia: 03-525-01
Página inicio: 525
Datación: 23/04/1800
Página fin: 526
Lugar: Gijón
Estado: publicado