Muy señor mío: Por las adjuntas cinco copias verá usted el estado del encargo que se ha servido hacerme en su carta de 20 de enero y duplicado. El señor don Ramón Carlos de Miera, a quien remití el conocimiento que usted se sirvió dirigirme, ha hecho cuantas diligencias estuvieron en su arbitrio para cobrar de don José de Arceo los doscientos pesos que usted remitió a mi consignación para sus parientes; pero el único efecto de las diligencias lo verá usted en la copia de carta del mismo Arceo, número 5. °. En vista de ella he escrito al señor Miera, diciéndole que las razones que expone Arceo me parecen poco sólidas para que le sirvan de excusa, y que le haga entender que, si amigablemente no tratare de pagar dicha cantidad, se le demandará judicialmente. Pero esto es sólo una amenaza para que sirva de estímulo a Arceo, pues me parece más conveniente esperar que a la par vengan de Canarias los fondos de Filipinas, que abrir en Cádiz un pleito, siempre de éxito incierto, y que podría costar más de lo que vale su objeto. De todo debo enterar a usted, en desempeño del encargo que se ha servido hacerme, y de mi deseo de complacerle, con el que me repito su más afectísimo paisano y servidor que besa su mano.