De Jovellanos a Juan de Escoiquiz

Comienzo de texto

Comienzo de texto: Mi respetable amigo y señor: Laqueus contritus est, et nos liberati sumus. Pero ¿no sentirá usted, como yo, la necesidad en que

Textos Relacionados

Textos Relaccionados:

Mi respetable amigo y señor: Laqueus contritus est, et nos liberati sumus. Pero ¿no sentirá usted, como yo, la necesidad en que estoy de clamar todavía para que nuestro amable rey complete con otro rasgo de justicia el de insigne piedad que se ha dignado dirigir hacia mí? La necesidad de la solemne declaración de mi inocencia lo es de mi corazón, y lo es también de la justicia pública, que nuestro adorado rey ofrece y la nación espera, y a la cual debo aspirar y aspiro, como usted verá en la adjunta representación y documentos, que le ruego ponga en sus reales manos. No aspiro a otra cosa, ni estoy para ella. Sobre los pasados sufrimientos y decadencia de mi vista, la extraña desigualdad y destemplanza de este invierno han debilitado mi cabeza y atacado mis nervios, a tal punto que ni puedo leer ni escribir, ni aplicarme a ningún trabajo de provecho. Las varias y violentas sensaciones que penetraron mi alma desde el pasado octubre me han hecho casi incapaz de vivir en el público; y en fin, ni soy el que era, ni muchísimo menos, aunque nunca mucho. Así que, logrado que haya la declaración de mi inocencia, sólo pretenderé, en premio de mis servicios, que se me permita volver al rincón de donde me sacaron. Mas como el hombre avezado a trabajar por el público desfallece y se deshace en la inacción, pretenderé también que se me restituyan las comisiones en que me ocupé con tan buen suceso de sus objetos: 1.º, de fomentar el comercio del carbón de piedra de Asturias, hoy muy desanimado; 2.°, de restablecer y perfeccionar el Instituto Asturiano, perseguido por la rabia de mis enemigos, sin que el nombre de nuestro amable príncipe, bajo cuya protección creció y prosperó, bastase a salvarle de ella; 3.°, y en fin, de dirigir el camino de Asturias y León, para hacer felices a dos grandes provincias. En todo lo cual, salvo el triste período de mi rápido ministerio, trabajé desde 1790 hasta el 13 de marzo de 1801.
Estos puros sentimientos de mi corazón van ahora a depositarse en el de usted. Mi sobrino Tineo pondrá en sus manos ésta con los papeles adjuntos, porque no sé que haya otro medio de que pueda enterar a su majestad de su espíritu, y prevenirle en favor de mi justicia y mis deseos. Quisiera volar a hacerlo por mí mismo, pero el estado de mi salud no lo permite antes que pueda restaurarla con algunas aguas minerales, tomadas en reposo y fuera de los embarazos en que me tiene metido este repentino paso a la luz desde tan larga obscuridad. No exijo, pues, que usted responda, sino que se digne tratar con mi sobrino lo que conviniere, y que me avisará de lo que usted resolviere. Lo que pido, sí, encarecidamente, es que usted disimule esta molestia, en fe de la íntima confianza que tengo en su gran carácter, tan bien acreditado en la adversidad como antes de ella. Salvándonos la santa Providencia de la furia que vivirá en la memoria de la posterioridad para horrendo ejemplo de atrocidad en sus venganzas, parece que ha unido nuestra amistad con un nuevo vínculo. Me pongo, pues, en los brazos de usted, y quedo, como siempre, su fiel y constante, apasionado amigo y servidor
Gaspar de Jovellanos.

Referencia: 04-505-02
Página inicio: 505
Datación: 14/04/1808
Página fin: 507
Lugar: Cartuja de Jesús Nazareno de Valldemosa
Estado: publicado