Señores doctores D. José Sánchez Fano y D. Juan Nepomuceno Fernández de San Miguel:
La satisfacción que el ilustre claustro de nuestra Universidad ha sentido y se digna manifestarme por medio de V.SS., con motivo de mi vuelta a esta mi antigua residencia, y las honrosas expresiones con que V.SS. han realzado esta demostración, son para mí tanto más estimables cuanto las miro como una consecuencia de la bondad con que este sabio Cuerpo me ha mirado y tratado antes y después de agregarme a la lista de sus individuos, y con la cual ha querido recompensar, más bien que mi corto mérito, la antigua inclinación que le profeso y mi celo por los progresos de la instrucción pública. Pero aquel con que el sabio claustro se prepara en el día a mejorar la enseñanza de las ciencias especulativas y a reformar sus antiguos métodos, empeña más y más así mi gratitud como mis deseos de concurrir en todo cuanto pueda al logro de un designio tan recomendable y digno de su sabiduría. Por tanto, mientras trato de restablecer y perfeccionar en este Real Instituto los estudios pertenecientes a la filosofía práctica, tendré la mayor satisfacción en que el claustro me ayude con sus luces y influjo en este intento, como sinceramente se lo ruego, para que promovida y difundida por nuestros acordes esfuerzos la enseñanza pública en todos los ramos que abraza, tenga nuestra afligida patria el consuelo de ver que de uno y otro establecimiento sale nuestra preciosa juventud doctrinada, así en las artes de la guerra, con que ha de vencer a los feroces enemigos que la combaten, como en las de la paz, que debe ser el más glorioso fruto de sus triunfos.
Nuestro Señor, etc.
J.Ll.