Mi estimado amigo: Devuelvo a usted esa carta que llegó ya cuando no se la podía dar el destino que usted deseaba.
Yo sigo acabando de despachar estos pocos trapos, para que junto el dinero disperso, el albacea [disponga] lo que halle por conveniente, y usted me diga lo que le he preguntado en el particular de la parte de la madre del difunto.
Aunque se fue la escuadra inglesa, nos tienen bloqueados, porque en la plaza hay más y mejores embarcaciones que bastan para pillarnos cuanto quiera venir de levante o poniente, a no ser que ahora piensen enviar algunos de los navíos de los que hay en Cádiz, y no parece podrán salir a batirse con la escuadra inglesa.
Deseo a usted buena salud y que mande cuanto quiera a su seguro amigo
Larumbe.