De Rodrigo Llano Ponte a Jovellanos

Comienzo de texto

Comienzo de texto: Amado Gaspar: Demos que no te convenza aquel formidable surtido de inutilidad que dentro de mí mismo forman ningún

Textos Relacionados

Textos Relaccionados:

Amado Gaspar: Demos que no te convenza aquel formidable surtido de inutilidad que dentro de mí mismo forman ningún talento, ninguna instrucción, genio enjuto y malhumorado, tratándose de acompañarte en una expedición científica y divertida, pues me miras con tanta pasión que todo cuanto era requiere lo hallar en mí como almacenado; pero vamos a cuentas por otro lado, a ver si del examen de ellas resúltame disimular algo de lo mucho que me exige tu cariño.
Cuando de paso a ésta estuve en Avilés, saqué palabra a Camposagrado para que, a pesar de sus achaques, permitiese al hijo divertirse aquí en nuestra compañía tres o cuatro días. Este eligió al efecto venir el siguiente a San Mateo, porque en el mismo vendrán también un músico de Oviedo y otro discípulo suyo, amigos míos ambos, habiéndole dicho yo les dejaba convidados, sabiendo su mucha afición a la música. Tú ya conoces que esto no puede menos de tener su efecto en todas sus partes, y que cuando yo me deshiciese de la obligación para con los de Oviedo, la relación que tiene el caso para con el de más acá no deja arbitrio ni al afecto ni al honor. Luego vamos a proponerte una media proporcional con que quedemos todos bien.
Puedes dar principio a tu inspección de minas por Oviedo, Siero, Villaviciosa, y luego travesar a Carreño, donde en la parroquia de Logrezana se halla una mina recién descubierta; de allí pasar a las de Avilés, desde donde vendrás a Luanco, y entonces te acompañaré a Piloña, Llanes, Ribadesella e inmediatas. Este plan nada tiene de irregular a mi parecer, con que así, mereciendo tu aprobación, me tendrás listo aquí para el que le suceda, libre de los estorbos indicados.
Yo bien quisiera desfrutar tu dulce compañía los pocos días que nos la conceden tu constitución; pero aun cuando yo depusiese el miedo de enfadar a todos, porque a mí mismo me apesto todo el año, aun restaba mucho que vencer con esta menudencia, o ya no tanto que no se hallen al paso para la edad que yo debo temer mucho.
Hoy tengo carta de Ribero, llorando a moco suelto la separación de su padre y penates. Escribe del 12 y dice que desde el 10 tiene detenido el coche a dos jornadas de allí en espera tuya, que le prometiste entrar por aquel confín de Asturias. Mírate por adentro del chasco que le has dado. Deja a su mujer, porque acá se promete halle restablecimiento. Dios quiera sea así, pues ambos lo merecen.
Hice ver a mi señora tu carta, con lo que la tienes como un guante de su enfado del día pasado. Ojalá no la hubiese visto, más que la durara la cólera, pues ahora se ha vuelto contra mí, porque te dejé el otro día y no cesó hasta que me ha visto resuelto a lo que te escribo. Mil recuerdos suyos, dos mil de Juan, y de mi parte tómalos tú a medida de tu deseo, pues no te lo ofrece malo este tu siempre afecto.
Rodrigo.
P.D. Me repito a los pies de esas señoras, Paula, etc., y don Josef Ferrer te devuelve muy agradecido la oferta de su buen afecto; Valvidares no vino, el bribón.

Referencia: 05-550-01
Página inicio: 550
Datación: 17/09/1790
Página fin: 551
Lugar: Luanco
Estado: publicado