Excelentísimo señor:
Paso a manos de V. E. con el número 1. º la Noticia del Real Instituto Asturiano que extendí para instrucción del público y con el 2.º el estado del mismo Instituto que resulta de los exámenes de aritmética, celebrados en él conforme a ordenanza.
Por uno y otro documento se enterará V. E., del cuidado con que he procurado desempeñar, cuanto S. M. se dignó mandarme por la Real Orden de 15 de noviembre del año pasado de los primeros frutos de mi solicitud y de las esperanzas que promete para lo sucesivo.
En aquella Real Orden, se sirvió V. E. decirme quería S. M. fuese yo quien perfeccionase este establecimiento subsistiendo en el Principado hasta que practicada por algún tiempo la ordenanza provisional, se viese si había algo que alterar en ella, y se verificase su impresión.
En consecuencia he seguido cuidadosamente con mis observaciones el efecto de dicha ordenanza, y no pude menos de reconocer la sabia previsión con que V. E. me hizo este encargo: pues aunque me confirmé más y más en la bondad del sistema general de gobierno y disciplina establecido en ella, hallo algunos puntos que pueden recibir corrección y gran mejoramiento.
Juzgo por tanto que no conviene tratar de su impresión hasta que se extiendan las mismas observaciones por todo el tiempo que durase un curso general de enseñanza, así de las ciencias exactas, como de las naturales, porque solo este medio podrá asegurar una corrección exacta y completa de la ordenanza.
Así que, o continuaré las observaciones por mí mismo, si fuese la real voluntad que yo permanezca en Asturias, o las encargaré al director, si lo fuese que vuelva a mi destino.
En lo demás puede V. E. asegurar a S. M. que el Instituto tiene toda la perfección que pide su presente estado: que están arreglados su cuenta y razón, disciplina y enseñanza; reunidos los medios y auxilios necesarios para la que sigue actualmente; establecida la subordinación; desempeñando los empleados sus respectivas funciones, y todo siguiendo naturalmente el movimiento y la vida que recibió en su primer impulso.
Ruego a V. E. que lo haga así presente a S. M. suplicándole: 1. º se digne declarar su real voluntad acerca de si debo cuidar de la ulterior perfección del Instituto, y su ordenanza, continuando a este fin, o a otros que fueren de su real servicio en este Principado, o volver a mi destino, confiando este cuidado a su director. 2. º que en uno u otro caso se digne dispensarme en alguna señal de su piadosa beneficencia, el consuelo de acreditar al público la aceptación de mis buenos servicios.
Nuestro Señor guarde a V. E. muchos años.
Gijón, 21 de junio de 1794
Excmo. señor Gaspar de Jovellanos.
Excmo. señor bailío Frey don Antonio Valdés.