I. Correspondencia sobre el Real Instituto Asturiano. Carta en donde vuelve a anunciar el envío de relaciones y oficios varios sobre la marcha del Instituto, por no haber tenido con

Comienzo de texto

Comienzo de texto: Excelentísimo señor: En el correo de 21 de enero último, tuve el honor de dirigir a V. E. diferentes oficios relativos al estado de la ense&amp

Textos Relacionados

Textos Relaccionados:

Excelentísimo señor:
En el correo de 21 de enero último, tuve el honor de dirigir a V. E. diferentes oficios relativos al estado de la enseñanza del Real Instituto Asturiano, y no habiendo tenido contestación alguna mi noticia de su recibo, debo presumir que se hubiesen perdido o traspapelado.
Por lo mismo los repetiré ahora, aunque acomodándolos al estado de la enseñanza que se ha completado ya en el primer curso de matemática y náutica. Y siendo tantos los objetos pendientes los propondré separadamente a V. E. para que pueda expedirlos con menor fatiga de su atención.
Es para mí muy sensible que no haya llegado más a tiempo a manos de V. E. el primero de aquellos oficios, en que el director del Instituto y yo a su nombre y al mío felicitábamos a V. E. por su promoción a la Secretaría de Despacho Universal de Marina manifestándole cuánto había sido nuestro consuelo al ver este nuevo establecimiento bajo el amparo de un ministro tan ilustrado, y amante de las ciencias, y recomendándole muy encarecidamente a su protección. Permítame V. E. ahora que a nombre del mismo Instituto, de mi hermano, y el mío le renueve estos sentimientos de satisfacción y respeto, tan debidos al distinguido carácter personal de V. E. como propios a nuestro celo.
Por la nota núm. 1 podrá juzgar V. E. del fruto que ha producido la enseñanza de matemática y náutica a la conclusión del primer curso. Contiene la relación de primer certamen público que celebró el Instituto con los alumnos de ambas ciencias que se hallaban presentes agregando algunos del segundo curso matemático para hacer esta prueba más llena y lucida. Adjunto va el aviso impreso con que fue anunciado al público.
Juzgo que sería muy conveniente que V. E. hiciese publicar esta nota en la Gaceta, así para noticia del público como para crédito del mismo establecimiento.
Pero no ha sido este solo el fruto de la naturaleza, pues que otros muchos alumnos del primer curso han recibido también con aprovechamiento diferentes partes de ella: como verá V. E. por la lista y estado que acompaño bajo el número 2. º Enseguida van también las listas de los alumnos pertenecientes a los dos cursos abiertos en enero de 1796, y de este año, que completan el estado general de esta escuela.
Resta ahora recomendar a la protección de S. M. las primicias de su enseñanza, y de nuestro celo para que su desamparo no desaliente a los que tanto aprovecharon, ni entibie en otros el amor a unas ciencias, cuya propagación es tan importante.
A este fin se dirige con respecto a los de náutica, el oficio numero 3. º cuyo favorable despacho recomiendo a la protección de V. E.
Separadamente represento al excelentísimo señor Príncipe de la Paz, pidiendo para ellos la misma gracia con respecto a los buques de Correos; en lo cual no solo hallarán los alumnos mayor estímulo, sino que se hará menor el gravamen de la Real Armada puesto que el progreso de esta enseñanza aumentará cada día el número de sus profesores.
Si estuviese ya establecida en el Instituto la enseñanza de la mineralogía, no llamaría yo la atención de V. E. hacia la suerte de los alumnos de matemáticas que deberían emprenderla, o abrazar otros destinos. Pero no lo estando, creo de mi obligación pedir a S. M. alguna protección para el más adelantado de ellos, y a esto se dirige el oficio número 4. º
Creo así mismo de mi primera obligación, hacer justicia al mérito de los que han cooperado conmigo a los progresos de esta enseñanza, y a quienes confieso de buena fe, que son principalmente debidos.
El director, como alma que es del Instituto, ha desempeñado su encargo con todo el celo, y todo el tino que exigían la dignidad de su empleo y las muchas atenciones de un objeto tan nuevo como importante y así como mi obligación no me permite callar esto, espero que V. E. me permita no decir más, pues que hablo de un hermano.
Por el fruto de la enseñanza del Instituto tan bien acreditado en los números 1. º y 2.º inferirá V. E. así la doctrina, como el celo con que han desempeñado su obligación los profesores de matemáticas y náutica. Dirigió la primera el 2. º piloto de la Armada don Cayetano Villamil, y la segunda el de la misma clase don Diego Cayón, ambos distinguidos en el cuerpo por su talento y conducta, y solicitados por tales para ayudarme en el establecimiento de este nuevo estudio. S. M. tiene declarado, que deben ser considerados como sirviendo en comisión, y con derecho a los ascensos de su carrera, y juzgo por lo mismo que son acreedores a que S. M. recompense con el grado de primeros pilotos el distinguido mérito que han contraído estableciendo esta enseñanza con tan buen suceso.
Al auxiliar de matemática don Josef Alvargonzález Zarracina, que ha concurrido al mismo fin, enseñando la matemática superior con grande aplicación y provecho, tiene S. M. ofrecido atender y recompensar, por la Real Orden de 12 de noviembre de 1794. Yo espero que este sujeto se hará cada día más y más digno de ello y por ahora podrá servir de premio la proposición que hago a V. E. bajo el número 5. º la cual le proporcionará para lo sucesivo un decente establecimiento.
Bajo el número 6. º recomiendo a V. E. el distinguido mérito que contrajo a mi lado don Josef Acevedo Villarroel, y que expongo en el mismo oficio.
Y por último verá V. E. por el número 7. º lo que pienso, y lo que solicito para mejorar la situación material de este establecimiento que en lo demás está tan bien organizado.
Temería yo que se tacharan de importunas tantas y varias súplicas, si no se tratase con V. E. que tan bien sabrá penetrar su justicia y sus fines. Pero ya se atienda al mérito de los maestros, y al aprovechamiento de los discípulos, ya en fin al orden y estricta disciplina del establecimiento, creo poder asegurar a V. E. sin exageración que son merecedores en alto grado de su ilustrada protección.
Otra razón más poderosa me ha forzado a hacerlas. Se trata señor de un establecimiento de educación, que es del todo nuevo, así por su forma como por la extensión de su enseñanza, y puedo decir también, que por la tierna y continua vigilancia con que está dirigido. Para consolidarse, necesita ahora, de aquella especie de sanción, que solo le puede dar el Gobierno, fomentado sus progresos, y recompensando los que concurrieron a ellos. ¿Cómo no lo esperaré de un ministro que ama las ciencias y que conoce que este es el riego que las hace crecer y prosperar?
Réstame ahora hablar de mí.
Por la Real Orden de 15 de noviembre de 1793 declaró S. M. ser su real voluntad que yo perfeccionase este establecimiento, subsistiendo aquí hasta que practicada por algún tiempo la ordenanza provisional se viese si había algo que alterar en ella, y se verificase su impresión: y por otra de 12 de noviembre de 1794, fue servido de mandarme que permaneciese, dirigiendo este establecimiento hasta su entera perfección.
Sin duda que la tiene ya en cuanto dice relación a su gobierno, y aun también a los varios ramos de su enseñanza, excepto la mineralogía y acerca de ellos tengo hechas algunas observaciones para mejorar la ordenanza. Pero faltando una parte de enseñanza tan importante y nueva, ni puedo decir que el establecimiento tenga su entera perfección, ni poner la última mano al sistema que he concebido para dársela, ni en fin a renunciar la gloriosa esperanza de completarlo.
Así que, no pudiendo yo hacer falta en el Consejo de órdenes donde hay tantos supernumerarios, y creyendo que aquí puedo ser de algún provecho al público, ruego a V. E. se digne hacer presente a S. M. que nada deseo tanto como continuar en este encargo, si mis esfuerzos por desempeñarle dignamente fueren aceptables a sus ojos.
Dígnese pues V. E. de elevar a su suprema atención las adjuntas súplicas, y constituyéndose protector de este establecimiento de apoyarlas con aquel favorable influjo que tanto seguramente le prometen su ilustración y generosidad.
Nuestro Señor guarde la vida de V. E. muchos años.
Gijón, 16 de mayo de 1797
Excmo. señor
Beso la mano de V. E., su más rendido afecto servidor, Gaspar de Jovellanos.
Excmo. señor don Juan de Lángara.

Referencia: 14-987-01
Página inicio: 987
Datación: 16/05/1797
Página fin: 990
Lugar: Gijón
Destinatario: Don Juan Cayetano de Lángara, ministro de marina.
Manuscritos: Archivo Álvaro Bazán, Sec. Instituto Asturiano, carpeta: 15 de agosto de 1797
Ediciones: ADARO RUIZ-FALCó, L.: Documentos inéditos de Jovellanos relativos al Real Instituto Asturiano, Oviedo, IDEA, 1988
Estado: publicado