Excelentísimo señor:
Paso a V. E. la representación que acaban de entregarme los profesores de matemática y náutica de este Real Instituto.
Con que reflexione V. E. que los pilotos que enseñan en las escuelas náuticas del reino gozan de los dos tercios de su sueldo, y son además premiados con los grados de su carrera a que se hacen acreedores, hallará que los suplicantes merecen igual suerte, si no ha de ser de peor condición un establecimiento que tanto aventaja a los demás por la extensión de la doctrina que enseña y por la rigurosa disciplina en él observada.
Del concepto de estos pilotos en su carrera, podrá V. E. estar bien enterado. De su desempeño aquí he informado yo cuando di cuenta del resultado del último certamen, y tuve el honor de recomendarlos a la piedad del rey, y a la justificación de V. E. En medio pues de tantas gracias y distinciones como han sido dispensadas a este establecimiento, ¿podrá querer V. E. que no alcance alguna a los que han concurrido a merecerlas? Ruego por tanto a V. E. se digne elevar su representación a los pies de S. M. y de apoyarla con su protección.
Nuestro Señor guarde a V. E. muchos años.
Gijón, de 16 de agosto de 1797
Excmo. señor
Beso la mano de V. E., su más atento rendido servidor, Gaspar de Jovellanos.
Excmo. señor don Juan de Lángara y Huarte.