Idilio cuarto. A Galatea
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Mientras de Galatea
oh incauto pajarillo,
ocupas el regazo,
permite que, afligido,
5 tan venturosa suerte
te envidie el amor mío.
De un mismo dueño hermoso
los dos somos cautivos:
tú lo eres por desgracia,
10 y yo por albedrío.
Violento en las prisiones,
maldices tú al destino,
en tanto que yo, alegre,
besando estoy los grillos;
15 mas en los dos, ¡cuán vario
se muestra el hado esquivo!
Conmigo, ¡ay, cuán tirano!,
contigo, ¡cuán benigno!
Mil noches de tormento,
20 mil días de martirio,
mil ansias, mil angustias
lograrme no han podido
la dicha inestimable
que debes tú a un capricho.
25 Bañado en triste llanto,
tu dulce suerte envidio;
y en tanto tú, arrogante,
huellas con pie atrevido,
sin alma, sin deseos
30 ni racional instinto,
la esfera donde apenas
llegar ha presumido
el vuelo arrebatado
del pensamiento mío