Memoria en defensa de la Junta General. Advertencias

Comienzo de texto

Comienzo de texto: Advertencias 1.ª &nb

Textos Relacionados

Textos Relaccionados:

Advertencias
1.ª
Los desaires y sinsabores que sufrimos el marqués de Campo Sagrado y yo después de la separación del gobierno, ya en la bahía de Cádiz, ya en esta villa de Muros, nos obligaron a dirigir al supremo consejo de Regencia la representación de 29 de marzo del año pasado, que se halla en el Apéndice, al número XXIV; y no produciendo este recurso el efecto que deseábamos y teníamos derecho a esperar, y continuando en oír y leer las indiscretas censuras con que por todas partes se insultaba sin distinción, sin justicia ni miramiento a los que compusimos la Junta Central, y agravándose así de día en día la inquietud y disgusto de nuestra situación, que ya por otras causas era harto amarga, resolvimos entrambos tomar la pluma para poner a cubierto de tantas invectivas nuestra personal reputación y esto es lo que dio impulso a la presente Memoria y a la que publicará mi compañero con respecto a las providencias y negocios del ramo militar.
2.ª
Escrita ya en el tiempo que indican sus fechas no fue tan fácil verificar su publicación. Imprimirla en Cádiz no me era dable; en Galicia, si posible, era peligroso. Entre muchas personas distinguidas de este reino que nos han honrado con su aprecio, y algunas muy dignas y recomendables a quienes debimos y debemos singulares muestras de inclinación y favor, había tal cual otra a quien pudieran desagradar las verdades escritas en ella, y no faltar el influjo necesario para impedir su divulgación. El real decreto de la libertad de la imprenta removió este peligro; pero la falta absoluta de medios para costear la impresión la retardó todavía. Entrado ya este año, un amigo de la justicia, de los hombres de bien y mío, tuvo la bondad de tomar este gasto a su cargo, pero como nuevos motivos me obligasen entonces a resolver mi vuelta a Cádiz, me propuse partir allá con mi escrito. Disponíame ya a hacerlo, cuando, no sin gran sorpresa, hallé que se me negaba el pasaporte y que, con pretexto de ciertas órdenes del gobierno, que ciertamente no se entendían conmigo, se me obligaba a pedir una licencia que ya muy de antemano tenía. Pedíla en efecto; pero temiendo la lentitud de los correos marítimos, y fatigado por fin con tantos embarazos, abandoné mi manuscrito y lo remití a La Coruña, donde hoy sufre los que las circunstancias del tiempo, combinadas con las de nuestra industria tipográfica, ofrecen a semejantes empresas. He aquí por qué esta Memoria saldrá a la luz tanto tiempo después de lo que yo quisiera y hubiera convenido.
3.ª
En medio de tanta suspensión, el público supo y sintió la muerte de un célebre general, de quien se habla y a quien se alude más de una vez en esta obrita. Sentíla yo también, porque siempre aprecié sus talentos militares y siempre le deseé muy sinceramente toda la gloria que le hubieran podido granjear en la defensa de la patria. Pero la sentí mucho más porque mientras existía podía hacer alguna explicación de su conducta en los hechos en que me creí con derecho a censurarla; y entonces mi censura, pareciendo más franca y noble, hubiera tenido más fuerza. Aun por eso la borraría ahora de buena gana, si en un negocio en que están comprometidos el honor del país en que nací y el deber de mi representación, fuese mi silencio conciliable con los poderosos motivos que me obligaron a romperle. A bien que mi censura recae sobre hechos públicos, que cualquiera que tenga interés o deseo y se halle con razón para impugnarlos, lo podrá hacer, contradiciéndolos, explicándolos o disculpándolos, según le pareciere. Y como por otra parte mi honor me ha empeñado en esta lucha de razón contra otras muchas personas autorizadas y respetables, tampoco temo que la maledicencia diga que sólo tuve valor para lidiar con un muerto, cuando no me ha faltado para lidiar con tantos vivos.
4.ª
He dividido esta Memoria en dos partes, destinando la primera a desvanecer las calumnias que divulgó la envidia contra los que compusimos la Junta Central, y la segunda a dar razón de mi conducta en la presente época. La primera parte [la] subdividí en tres artículos, para probar en el primero que no usurpamos ni abusamos del poder supremo; en el segundo, que ni malversamos ni pudimos malversar los fondos públicos; y en el tercero, que fieles a nuestro deber y a la patria, trabajamos por su defensa y su gloria con toda la lealtad y constancia que convenía a celosos magistrados y sinceros patriotas. Partí la segunda en otros tres artículos, exponiendo en ellos mi conducta y opiniones: primero, desde que recobré mi libertad hasta que fui nombrado para el Gobierno Central; segundo, desde la instalación de este gobierno hasta la creación de la Suprema regencia; y tercero, desde este punto hasta el día. Si en un escrito en que trato de tantas materias y negocios, sin otro auxilio que mi flaca memoria, hubiere incurrido en algún error o equivocación, sépase que estaré en todo tiempo tan pronto a retractarlos y a satisfacer a cualquiera que me los advirtiere de buena fe, como lo estaré a sostener la verdad si sólo por resentimiento o por malignidad fuere combatida.

Referencia: 11-363-01
Página inicio: 363
Datación: 1811
Página fin: 368
Lugar: Cádiz
Destinatario: Cortes Generales
Ediciones: Don Gaspar de Jovellanos a sus compatriotas. Memoria en que se rebaten las calumnias divulgadas contra los individuos de la Junta Central y se da razón de la conducta y opiniones del autor que recobro su libertad. Con notas y ap&eac
Traducciones: Francés: Mémoires politiques de Don Gaspar de Jovellanos,… accompagnés de notes, d’éclaircissements historiques et de pièces justificatives,
Bibliografia: HOCQUELLET, Richard, «La publicidad de la Junta Central Española (1808-1810)», en Los espacios públicos en Iberoamérica. Ambigüedades y problemas. Siglos xviii-xix, edición d
Estado: publicado