Prólogo. Para la comedia El Regocijo

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Comienzo de texto: Atención… st…, punto en boca, nadie chiste y cepos quedos, que voy a hablar. Este día d

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Atención… st…, punto en boca,
nadie chiste y cepos quedos,
que voy a hablar. Este día
de risa y de pasatiempo
5 todo es mío: cabalito;
y en él, si yo no lo quiero,
si yo no lo digo, o no
lo permito por lo menos,
nada se hará, aunque lo mande
10 una legión de maestros.
¿No me conocéis? ¡Qué bravo
disimulo! ¿No estáis viendo
quién soy en este sencillo
cuanto misterioso arreo,
15 este garbo, esta carita
de pascua, que está vertiendo
risa por ojos y labios?
¿No lo dice este parlero
crótalo, aquesta sonaja?…
20 ¿Ni por esas?… ¡Bueno, bueno!
¿Con que pretendéis que os diga
mi nombre? Pues he, no quiero.
Adivinadlo; y si no,
me enfado y vuelvo allá dentro.
25 ¡Qué linda flema! ¡Os vais!
Luego, ¿conocéisme? Luego,
acertasteis que soy el…
Tente, lengua… Por San Pedro,
que iba a decirlo. ¡Caramba!
30 Buena la hubiéramos hecho.
¡Vaya!, ¿qué va que me voy?
Sí, voime. Adiós, caballeros…
(Hace que se va y vuelve. Entre sí):
Pero, ¿qué haré yo con irme?
Si estos hombres son tan lerdos
35 que no adivinan, ¿habré
de tragarme este secreto?
Y luego que no haya nada:
que en vez de fiesta y recreo
se vuelvan a casa todos,
40 tan tristes como un entierro.
No, eso no; que no cumpliera
ni conmigo ni con ellos.
Mas, ¿qué dirán estos maulas
si me ven volver tan presto?
45 Mas, ¿qué importa el qué dirán
al Regocijo? No, vuelvo,
y más que se rían. ¡Horrio!
(Saliendo)
Acá estamos. Caballeros:
¡qué maulas, qué lindas piezas!
50 Por fin fuisteis conociendo
que hablé en chanza. Pues, señores,
como digo de mi cuento,
soy el Regocijo, y voy
a hablaros un rato en serio.
55 No hay que asustarse, que hay cosas
que hacen reír mucho, pero
para algunos esta risa
es la risa del conejo.
El asunto es que yo trato
60 de divertiros riendo,
pero se entiende con juicio,
sin melindres ni entrecejo.
Allá mi amigo don Placer,
que en mi conciencia sospecho
65 que es un poco extravagante,
suele (¡qué gran majadero!)
divertirse con sollozos,
con lágrimas y aspavientos,
y aun con muerte y puñales,
70 como si un hombre vertiendo
el lagrimón como el puño
pudiese hallarse contento.
No, señor, no más tragedia:
mal parece. ¡Vade retro!
75 Si quieres furias y llantos,
téntelas, y buen provecho;
que yo quiero risa y zambra,
y para eso me atengo
al crótalo y las sonajas
80 de Talía, mi cortejo;
de la taimada Talía,
que cuando uno la está viendo
con tanta bocaza abierta
suele encajar al más serio
85 dos verdades como el puño,
que le dejan patitieso.
¡He!, ya lo dije, me voy.
Adiós, mis señores, pero…
¡Ay!, qué gracia, ¿qué apostamos
90 a que aún no estáis contentos?
¿Es que he de decir también
la diversión que os prevengo?
Vaya, que es muy buen antojo.
En fin, vamos; que no puedo
95 dejar descontento a nadie.
Pues, señores, el misterio
se reduce a que veréis
cómo y por cuántos rodeos
pudo un capellán de Paula,
100 ¡grandísimo majadero!,
creer que estaba hechizado,
y temiendo al sortilegio
dejó la capellanía
y se casó como un viejo.
105 Dr. Agudo a la trampa,
y con qué chiste y gracejo
supo urdirla una criolla
fina como el pensamiento.
¿Cómo…? Pero basta… no
110 me sean tan pedigüeños,
que lo demás lo verán.
Sólo diré que el festejo
es el más chistoso, el más
entretenido y honesto
115 que decirse puede, que todos
cuantos están allá dentro
prevenidos para el caso
son… son…, pero lo. veremos.
No, pues de esta va de veras.
120 ¡Buenas noches, caballeros!

Referencia: 01-271-01
Página inicio: 271
Datación: 0000
Página fin: 273
Estado: publicado