Soneto sexto. A Enarda
Comienzo de texto
Comienzo de texto: Cuando de amor la flecha penetrante
no hubiera aún mi corazón herido,
tú fuiste, Enarda, el ídolo elegido
que primero adoró mi pecho amante.
Textos Relacionados
Textos Relaccionados:
Cuando de amor la flecha penetrante
no hubiera aún mi corazón herido,
tú fuiste, Enarda, el ídolo elegido
que primero adoró mi pecho amante.
5 Fui tu primer amor, y tú, inconstante,
de tu fe me ofreciste el don mentido,
don que después la ausencia y el olvido
volvieron a llevarse en un instante.
Medió largo intervalo, volví a verte,
10 volviste tú a jurarme amor eterno;
mas diste luego a otro tu albedrío;
a otro que, ausente yo, fingió quererte.
¿Y ésta es, Enarda, tu constancia? ¡Cuerno!
¡Malhaya si otra vez de ti me fío!
Referencia: 01-192-01
Página inicio: 192
Datación: 1783
Página fin: 193
Estado: publicado