Consiste básicamente en el registro de electroencefalograma (EEG),
electromiograma de los músculos mentonianos o velopalatinos (EMG) y
electroocolugrama (EOG) durante el sueño nocturno. También se
pueden añadir opcionalmente la medida del flujo aéreo nasobucal,
los movimientos respiratorios torácicos y abdominales, la saturación
de oxígeno, electrocardiograma (ECG) y la intensidad del ronquido. Su
indicación
principal es el estudio de la roncopatía crónica y del SAOS para
su clasificación.
Es un examen complejo, laborioso y costoso en espacio, tiempo y material. Precisa
personal especializado. Hay pruebas de “screening” para el estudio
del ronquido simple, de metodología más sencilla, pero con menos
prestaciones e información que la polisomnografía clásica.
Con ellos se puede localizar, por técnicas reflectométricas similares
a la rinometría acústica, el nivel de la obstrucción,
valorando la intensidad sonora del ronquido y el nivel de oxígeno en
sangre.
El método clásico es indispensable en la graduación del
tratamiento con CPAP para valorar la supresión de las apneas y la eliminación
del ronquido.
![]() |
Registros de polisomnografía clásica |
![]() |
Diferentes patrones en apnea del sueño |
![]() ![]() |
Estudio la intensidad del ronquido y del nivel de obstrucción con reflectometría |