Son dispositivos electrónicos externos que amplifican el sonido, lo procesan y lo conducen hacia el oído hipoacúsico para que llegue de manera eficiente, ajustándose al rango auditivo dinámico de esa persona concreta. Constan de micrófono, amplificador y altavoz auricular. Existen varios tipos: 1) Retroauriculares que se sitúan detrás del pabellón y se conectan a un molde hecho a medida que se aloja en la concha y el CAE, se usan para todos los grados de hipoacusia (de leve a profunda). 2) Intraauriculares que ocupan toda la concha y CAE con potencia amplificadora es algo más limitada que los retroauriculares, aunque pueden cubrir pérdidas bastante amplias (de grado leve a severo). 3) Intracanales que se sitúan en el CAE, por lo que su tamaño es menor, y cubren pérdidas auditivas de grado moderado. 4) Inserción profunda (microcanal) que sólo son útiles en pérdidas moderadas y en personas capaces de manipularlos, debido a su pequeñísimo tamaño. 5) Inserción abierta que se colocan de forma retroauricular y se conectan a un pequeño tubo y a un adaptador sin molde en el CAE, siendo adecuados exclusivamente para pérdidas auditivas en frecuencias agudas, con niveles conservados en frecuencias graves. La tendencia de los últimos años ha sido reducir el tamaño del audífono hasta hacerlo casi imperceptible en el CAE. Los últimos modelos utilizan tecnología digital que permite discriminar determinados sonidos y pueden ser programables en distintos ambientes ruidosos, graduando la amplificación en la escala de frecuencias y eliminando los ruidos del ambiente.
Se indican en la hipoacusia del niño y del adulto que no es subsidaria de tratamiento médico o quirúrgico. En la hipoacusia profunda infantil se utilizan previamente al implante coclear. El grado de pérdida auditiva es el promedio de pérdida tonal obtenido en las frecuencias conversacionales (500, 1000, 2000 y 3000 Hz). Generalmente se recomienda adaptación protésica cuando los umbrales auditivos por vía aérea en las frecuencias conversacionales se encuentran por encima de 30-40 dB. Los pacientes candidatos al audífono deben ser remitidos por el ORL al audioprotesista para su adaptación individualizada. El audioprotesista debe hacer un control y seguimiento periódico de la adaptación para garantizar su buen resultado. Los resultados son excelentes en la hipoacusia de transmisión, mientras que en la hipoacusia neurosensorial el beneficio es menor debido al reclutamiento y a la alteración de la inteligibilidad. Debe buscarse la banda útil de audición, que sería el campo sonoro entre el umbral auditivo y el umbral doloroso para reducir el reclutamiento producido por la amplificación sonora. El nivel de inteligibilidad también mejora si el aparato amplifica sólo las frecuencias en relación a las palabras y suprime los ruidos del ambiente. Se aconseja siempre la adaptación bilateral, pero un solo audífono puede ser suficiente según el tipo de hipoacusia y las características de cada paciente.
Los audífonos que utilizan moldes cerrados en el CAE tienden a formar tapones de cera por lo que son útiles las gotas anticerumen como método preventivo.
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Evolución en el tiempo de los audífonos |
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Audífonos intracanales y retroauriculares actuales |
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Audición normal. U: Umbral auditivo. D: Umbral doloroso. P: Banda útil de audición |
Hipoacusia nerurosensorial. U: Umbral auditivo. D: Umbral doloroso. A: Nivel adecuado de intensidad para el audífono |
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Criterios audiométricos para la adaptación de prótesis |
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Audífono retroauricular |
Audífono intraauricular |
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Audífono intracanal |
Audífono de inserción profunda |
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Audífono de inserción abierta |