La generación nacida en los años treinta experimentó un giro radical en sus vidas a partir 1936. Se trata de una década convulsa, marcada por la crisis de las democracias liberales y el auge de los totalitarismos. Asturias, como España, no quedó al margen de los acontecimientos que sacudían al resto de Europa. De hecho, la guerra civil española de 1936-1939 fue, en muchos aspectos, la antesala del drama de la II Guerra Mundial y lo que ésta habría de conllevar para la población civil: bombardeos indiscriminados, destrucción de pueblos y ciudades, desplazamientos masivos de la población, tanto internos como hacia el extranjero, separación familiar, pérdida de referentes identitarios… Más allá de las privaciones materiales, del desplazamiento en busca de refugio, de la huida de la guerra, del exilio forzado… sufrieron pérdidas irreparables y, durante años, arrastraron traumas derivados de su cercana vivencia de una guerra donde la población civil se convirtió en objetivo militar. Sin embargo, sus recuerdos, puestos en imagen, arrojan una energía vital y una capacidad de empatía con situaciones de desarraigo y desamparo que las hace reaccionar enérgicamente contra la realidad actual y revivir su pasado, no para anclarse en el drama, sino para romper una lanza a favor de quienes fueron solidarios, comprendieron su situación y los apoyaron y arroparon.