El pasado domingo La Nueva España analizaba uno de los grandes problemas que anticipaba el Informe GEM Asturias: la dramática reducción en el número de autónomos. A pesar de que se esperaba que la tasa de emprendimiento se recuperara tras la crisis de la COVID-19, el envejecimiento de la población, la falta de relevo generacional y la falta de vocación emprendedora, hace que el autoempleo se reduzca a mínimos históricos.