El poema recrea un diálogo entre Don Quijote y Sancho acerca del episodio de los molinos de viento. Don Quijote quiere luchar contra ellos creyendo que son gigantes y Sancho trata de persuadirle de que son molinos. Puede interpretarse como una proyección de la situación política en época del Trienio, especialmente por la insinuación irónica de los últimos versos: los sirvientes, debido a su ignorancia, deben dar siempre la razón a sus superiores.