Poema satírico en el que Eichendorff, se burla de los descendientes de Hermann (Arminio), el héroe que luchó contra los romanos y que es símbolo del nacionalismo alemán. El escritor desconfía del exceso de patriotismo o “pseudopatriotismo” que hay entre algunos germanos. En el centro de su crítica, el poeta coloca los símbolos que remiten a tiempos remotos, otrora exaltados por los románticos. De este modo, Eichendorff se posiciona en un lugar intermedio entre conservadores y radicales, siendo su actitud extrapolable hasta cierto punto a la situación contemporánea española.