El recuerdo de la Revolución francesa, de la Europa napoleónica y la inquietud por un posible retorno a tiempos pasados impregnan el poema. El parricidio, un pueblo bárbaro, las masacres y las ciudades devastadas caracterizan a la España liberal. Para vengar al trono y castigar la audacia liberal, el duque de Angulema fue enviado a España. Madrid le abrió las puertas y Cádiz fue conquistada. El poema destaca el papel de los Borbones y elogia la dinastía francesa.