Rossetti se lamenta, con rabia y tristeza, de la traición del soberano Fernando I, que rompió su juramento a la Constitución proclamada en Nápoles. Se arrepiente de haber confiado en él y recuerda con nostalgia el momento en que, esperanzados, los napolitanos soñaban con aprobar su proyecto constitucional, siguiendo el ejemplo español. En el poema reproduce una parte de la “Ode estemporanea”, ligeramente modificada, que fue canto de libertad acuñado por muchos compatriotas liberales italianos, así como el poema “Il dì 9 di luglio del MDCCCXX”; ambos textos publicados en el manifiesto Odi Cittadine (Stamperia della Biblioteca Analitica, Nápoles, 1820).