En las nuevas circunstancias políticas, cuyo futuro ya se adivinaba, el poeta apela al buen sentido de todos los portugueses, recordando las guerras recientes. En este contexto, por un lado, se evoca la ferocidad con la que España se enfrentó a sus enemigos (7º cuarteto) y, por otro, se desea que esta nación (y, se supone que igual que Portugal) disfrute de un largo período de merecida paz (10º y último cuarteto).