EL PROYECTO FRUELA: Un estudio español sobre el papel del Océano
Antártico en el Cambio Climático
Los
últimos resultados presentados por el Panel Intergubernamental sobre el
Cambio Climático (IPCC, consultar www.ipcc.ch,
para más información) muestran que se está produciendo un cambio en las
condiciones climáticas de las Tierra, y que éste se aceleró en los últimos
decenios. También constata que la influencia humana, sobre todo por la
emisión de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, CFC,
óxidos de nitrógeno), es una causa decisiva en dicho cambio. Los Océanos son
una parte importante del sistema climático mundial, debido a que existe un
flujo de estos gases entre la atmósfera y los ocános que se evalua en la
actualidad en 1,7 Gt Carbono por año (1 Gigatonelada =1015 g ).
Eso quiere decir que los Océanos absorverían
1/3 de las emisiones por quema de combustibles fósiles, ralentizando
el incremento del efecto invernadero. Sin embargo, las estimaciones actuales
dejan de ser satisfactorias al constatarse que existe un desequilibrio entre
emisiones y sumideros de 1,8 Gt de Carbono, o lo que es lo mismo, se
desconocen algunos mecanismos que puedan retener dióxido de carbono, o los
valores de los que se disponen no son totalmente satisfactorios. Esta
incertidumbre es uno de los problemas fundamentales para lograr entender
todos los procesos que se relacionan con el Cambio Climático.
Una
de las mayores incertidumbres científicas es la del papel que juega la
"bomba biológica" (el proceso de fijación de carbono inorgánico en
materia orgánica durante la fotosíntesis, su transformación en los
intercambios en la cadena trófica, la mezcla física, el transporte y la
sedimentación ) en diferentes ambientes oceánicos (en resumen, el papel de
los flujos biogeoquímicos en el océano). Ello motivó que Organizaciones
Científicas internacionales (IGBP, SCAR) establecieran programas
internacionales que tienen su objetivo fundamental en resolver estas
incertidumbres, y consideran al Oceáno Antártico como un área de estudio
preferente debido a lo característico de sus condiciones (temperatura,
circulación, duranción estival, etc) .
Con
el objetivo de hacer una contribución española al estudio de los flujos
biogeoquímicos se planteó el proyecto FRUELA (nombre de un rey del siglo VIII
de Asturias, de donde procedían gran parte de los investigadores), proyecto
en el un grupo de oceanógrafos encabezados por Ricardo Anadón (de la
Universidad de Oviedo) y Marta Estrada del Institut de Ciències del Mar (CSIC
- ICM; Barcelona), y pertenecientes a centros como: el ICM, el
Instituto Español de Oceanografía (IEO- A Coruña), el Instituto de
Investigaciones Marinas (IIM - CSIC; Vigo) y a varias Universidades (Málaga,
Vigo, Santander, Baleares, Politécnica de Cataluña, Salamanca) desarrollaron
tres campañas oceanográficas a bordo del Buque
de Investigación Oceanográfica Hespérides. Este proyecto fue financiado por el Plan Nacianal
Antártico, de la CICYT (Comisión interministerial de Ciencia y Tecnología)
El
proyecto FRUELA es, por tanto, parte de la contribución española al estudio
de los flujos biogeoquímicos de carbono en el Océano Austral y se ha basado en expediciones del
Hespérides en la zona de la Península Antártica (la parte más próxima a
Sudamérica), concretamente en los Estrechos de Bransfield y Gerlache y en el
mar de Belligshausen, entre principios de Diciembre y principios de Febrero
del verano austral 1995-1996. Además de los datos obtenidos en las
expediciones, otros fueron tomados mediante una serie de trampas de
sedimentos fondeadas desde el verano austral 1994-95 en la Cuenca Occidental
del Estrecho de Bransfield. El objetivo básico de FRUELA era la
cuantificación de los componentes y de los flujos de carbono a través de los
principales componentes de la llamada "bomba biológica". Se
consideraron como flujos fundamentales: la transferencia de CO2
entre la atmósfera y el océano, la exportación de carbono particulado fuera
de la zona iluminada por el sol, el flujo vertical de carbono particulado en
las aguas profundas y la acumulación de carbono en los sedimentos. Además se
consideraron los componentes biológicos y su actividad como reguladores, en
gran medida, de los intercambios antes señalados. Se pretendía profundizar en
el conocimiento integrado de todos estos procesos, por lo que el grupo
multidisciplinar de investigadores comprendía biólogos, químicos, físicos y
geólogos, además de los Técnicos de la Unidad de Gestión de Buques. Los resultados obtenidos durante este proyecto acaban de ser publicados en una revista científica de alto impacto (Deep-Sea Research) como un número monográfico. Consta de 21 artículos en los que se manifiesta que la zona de estudio engloba áreas de elevada productividad biológica, y también alta variabilidad en el tiempo. Resulta significativo que el flujo de CO2 desde la atmósfera hacia el océano (0,19 Megatoneladas de Carbono) sólo sea una fracción pequeña del carbono que se exporta mediado por la bomba biológica hacia el océano profundo, e incluso menor que la cantidad que se acumula en los sedimentos durante un año. Si el flujo entre la atmósfera y el océano se mantuviera durante todo el año en la zona de estudio (aprox. 2 Gt de Carbono) sería superior al estimado para la totalidad del océano, lo que da una idea de su magnitud. En resumen, el proyecto FRUELA ha obtenido unos resultados científicos destacables, constituyendo una aportación importante para entender el papel del Océano Antártico en la regulación del clima mundial, mediado por la transferencia de dioxido de carbono de la atmósfera hacia las aguas profundas y el sedimento. Además, permitió la formación de jóvenes investigadores en este ámbito multidisciplinar, al constituir alguno de sus resultados parte de varias Tesis Doctorales. Ricardo Anadón Departamento de Biología de Organismos y Sistemas Universidad de Oviedo Catedrático Rodrigo Uría s/n 33071 OVIEDO Tel 985104790 Marta Estrada Instituto de Ciencias del Mar Consejo Superior de Investigaciones Científicas Passeig de la Barceloneta s/n 08003 BARCELONA Tel 932309596
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