El título resulta de una reflexión profunda. El título surge tras varias operaciones, de las que destacamos dos:
El texto del título es, en la mayoría de las ocasiones, el primer texto que todo investigador debe redactar con carácter oficial: hay que decidir un título para inscribir una tesis doctoral, procede enviar un título para una comunicación a un congreso, etc. Este imperativo se produce con mucha antelación a la finalización del trabajo. Con frecuencia el investigador evoluciona en el curso de su investigación a medida que profundiza en el análisis. Eso le lleva, a veces, a cambiar de punto de vista y a experimentar la necesidad de modificar el título. Las instituciones son conscientes de este extremo y prevén la posibilidad de los cambios de título. Para ser aceptado un nuevo título, ha de solicitarse antes de pasar la tesis a trámite, antes que el programa del congreso se cierre o circunstancias similares.