BIOCANT1: ¡corales!

Hoy fue un día intenso. A primeras horas de la madrugada se largaron los últimos dos fondeos enfrente de Peñas, para alegría de Renate Scharek, que daba saltitos por cubierta, y del resto de personal del IEO. Después de un día entero realizando diversos tipos de muestreo, hemos lanzado la primera gran draga Agassiz que hemos arrastrado por el fondo del Cañón de Avilés. Ésta máquina impresionante pesa varias toneladas, y sólo puede ser arriada desde un buque de cierta entidad, como es el Sarmiento. A la media noche, la salida del copo no ha defraudado a nadie. Los corales, no se han hecho esperar. Pero tampoco los peces abisales, braquiópodos, antozoos, briozoos, esponjas, gasterópodos, crustáceos,…, nos queda por delante una larga noche para anestesiar, fotografiar, hacer una determinación taxonómica preliminar, congelar tejidos y preservar especímenes en diferentes tipos de fijadores. Esto me hace pensar en el descubrimiento de corales de agua fría en éstas mismas aguas, hace 26 años. Estábamos a bordo del Noega varios de los integrantes del proyecto COCACE: Dulce Fuente, José Antonio Quirce, que más adelante dirigiría un famoso programa de naturaleza en Onda Cero, Pachu Ocharán, profesor del Departamento de Zoología de la Universidad de Oviedo y, por supuesto, el inigualable Aurelio, patrón del Noega. Utilizábamos una draga epibéntica que, al enganchar el arrecife, quedó completamente abollada. Al salir a superficie, aquella draga salió tan plagada de corales que no sabíamos qué hacer con ellos. Muchos de esos corales forman hoy en día parte de la colección del Departamento de Biología de Organismos y Sistemas. Fue consuelo Álvarez Claudio, bajo la dirección de Nuria Anadón, la que publicó el hallazgo, que de aquella pasó prácticamente inadvertido. Más adelante, en el 2010, Maite Louzao recopiló toda esa información y la publicó en el Journal of Marine Systems. Hoy en día se suele atribuir éste hallazgo al Instituto Español de Oceanografía, durante campañas realizadas en el siglo XXI y con técnicas del siglo XXI. La realidad es que hace un cuarto de siglo un grupo de jóvenes entusiastas, luchando por sus tesis doctorales, dirigidos por profesores del Departamento de Biología de  Organismos y Sistemas, y en un barco poco más grande que una lancha de pesca y con humildes dragas y muestreadores del siglo XIX, sentaron las bases de nuestro conocimiento actual de la oceanografía de la zona. Pero ésto da para otro post, y ya es la una de la mañana.

 

 

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