BIOCANT1: ¡4700 m de profundidad!

Perdon por la falta de correspondencia. Las maquinillas , los cables y los avisos de mal tiempo llevan un par de días conjurándose contra nosotros. El otro día, una red profunda que no pescó bien, subió girando desde 4000 m hasta la superficie. Como consecuencia, el cable coaxial ha cogido vueltas, lo que hace que las fibras de acero de su cubierta exterior se separen y formen bucles, amenazando con la rotura y/o la entrada de agua. Para arreglarlo, hemos tenido que salir  mar adentro y largar 4000 m de cable para quitar esas vueltas. Nuestra gran sorpresa del día ha sido la red IKMT, una red pelágica diseñada para capturar pequeños crustáceos y peces, de esos que forma las capas de reflexión profunda. Aquí la llaman “El Murciélago”.

Normalmente, las redes que se echan al mar llevan amarrado un dispositivo que se llama “SCANMAR”, que emite señales que indican la profundidad a la que se encuentra la red. Los datos del SCANMAR aparecen en una pantalla junto con los de la sonda biológica, que nos indica la situación de bancos de peces y pequeños crustáceos. Además, el SCANMAR nos indica si la red se acerca peligrosamente al fondo. En la foto, Alejandra, estudiante de máster de Colombia y Andreas, estudiante de Bélgica, junto a la pantalla de la sonda biológica.

Por otro lado, la draga Agassiz sigue sorprendiéndonos con la increíble variedad de animales de las profundidades del Cañón de Avilés. En las fotos de más abajo, un poliqueto, un picnogónido y un coral profundo.

Hoy estamos forzando la máquina. En éste mismo instante, hemos largado 7800 m de cable para conseguir que la Agassiz nos traiga especímenes desde los 4700 metros de profundidad que hay al final del Cañón de Avilés. ¡Mañana tendremos noticias!

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