Esta estructura está generalizada en algunos campos profesionales como es el del Derecho, ya que muy esquemáticamente supone el establecimiento de una relación de oposición del tipo: tesis / antítesis, argumentos a favor / argumentos en contra.
Este esquema autoriza el tratamiento bastante completo de determinados problemas que se prestan bien a dicha relación de oposición, pero no permite su tratamiento exhaustivo.
Este desarrollo bipartito "tesis/antítesis" puede tener múltiples variantes. A partir de este movimiento dialéctico en dos tiempos, se pueden establecer muchas variantes:
Estoy de acuerdo con sus planteamientos sobre las posibles ventajas que se derivarían de la investigación teórica y aplicada en el campo de la genética y las células madre, aunque mis convicciones éticas me impiden adherirme a sus propuestas; por otra parte en este país el vacío legal no autoriza al desarrollo de tales propuestas.
Desde un punto de vista práctico, conviene no olvidar que las dos partes han de tener parecida extensión, lo cual genera un equilibrio entre tesis y antítesis y da rigor y objetividad al análisis que siempre ha de partir de una posición personal crítica. Sin embargo, la transición entre las distintas partes de un texto no viene siempre marcada por locuciones de tipo concesivo.
Se ilustra la estructura bipartita con un análisis de un texto de Vicente Verdú: "El deber de ser feliz".