Se trata de un poema largo de indudable calidad literaria, pacifista y crítico con Gran Bretaña (su recepción fue tan acerba que Barbauld dejó de escribir poesía), pero no con los “ultrajados pueblos” que padecen “el yugo del Tirano”. En una de sus secciones, después de trazar las líneas maestras de un escenario que incluye Gran Bretaña, Napoleón y España, el poema hace participar al lector de la angustia ocasionada por los horrores de la guerra.