Suproductos industriales que nadie quiere servirán para regenerar la escombrera gigante de La Soterraña, en Lena. El proyecto fue presentado auyer en la Universidad de Oviedo, uno de cuyos equipos de investigación ha logrado demostrar en laboratorio que los yesos, cenizas y escorias de alto horno son capaces de fijar y retener los metales pesados. La Soterraña es una antigua mina de mercurio, ubicada en el alto del valle de Muñón y cerrada desde hace cuatro décadas. Los altos índices de contaminación de metales como el arsénico y el mercurio hicieron inoperativa la zona, de alto valor paisajístico.

El acto de presentación del proyecto, que cuenta con casi 1,5 millones de euros de financiación de la Unión Europea (el dinero proviene del programa medioambiental LIFE), tuvo lugar en el edificio histórico de la Universidad y estuvo presidido por el rector Santiago García Granda. En los cuatro años que se tienen por delante para rehabilitar la zona intervendrán empresas como el Grupo Masaveu Industria (Edersa). HC Energía y pymes como Biosfera, Global Services, Escorias y Derivados, y Tecnología del Medio Ambiente y Minería. El Principado colabora a través del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales.

Gema Álvarez, alcaldesa de Lena, destacó la importancia de un proyecto «demandado desde hace mucho tiempo por los vecinos». Un plan que supone «un nuevo campo de experimentación» y que tiene como escenario un concejo «modesto». La nueva directora general de Minería y Energía, Belarmina Díaz, calificó el proyecto de «actuación pionera en Europa».

Fuente: La Nueva España

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El director técnico de las actuaciones, el ingeniero de Minas Rafael Rodríguez, calculó que a La Soterraña irán a parar entre 15.000 y 20.000 toneladas de subproductos, «material inocuo e inerte». Habrá un movimiento de tierras a gran escala. Los actuales terrenos serán mezclados con los subproductos para rediseñar la escombrera y garantizar que no haya filtraciones de metales pesados. «Lo que hemos demostrado en el laboratorio hay que verlo ahora en otra escala. De gramos a miles y miles de toneladas», dijo.

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