La Universidad de Oviedo será el ojo electrónico de MALASPINA en el océano profundo

 Después de unas Navidades de trabajo frenético, hemos conseguido finalizar lo que será el ojo de la Expedición Malaspina en el océano profundo. Se trata de una cámara de video pensada para soportar las tremendas presiones reinantes a los 4000 m de profundidad a los que desciende la roseta de muestreo a bordo del Hespérides. La responsabilidad de éste trabajo de precisión contra reloj es de Carlos Suarez, profesor del del Departamento de Construcción e Ingeniería de Fabricación, que se ha encargado del diseño y fabricación de la carcasa de acero inoxidable que protege a la cámara. Los aspectos relacionados con la puesta a punto de la óptica corrieron a cargo de Ignacio Acuña, de Foto Acuña, y de Rafael Corsino González de los Reyes, del Departamento de Ingeniería Eléctrica, todo con la ayuda de con la ayuda de Juan Carlos Alvarez, también del Departamento de Ingeniería Eléctrica. Por supuesto, he de agradecer a mi colega Alex Bochdansky, de la Old Dominion University, por haber compartido con nosotros los trucos de éste sistema. El 10 de Enero, hicimos los últimos ajustes y Juan Bueno, del Instituto Español de Oceanografía, nos la cogió de las manos para llevársela a Río de Janeiro, donde le esperaba el Hespérides a punto de partir hacia el segundo tramo de la expedición. Las primeras pruebas han sido un éxito, aunque probablemente las imágenes produzcan perplejidad. El Hespérides se comunica por satélite unas pocas veces al día, y el ancho de banda es muy escaso, por lo que toda la información gráfica ha de enviarse extraordinariamente comprimida. A falta de que nos puedan mandar una sección de vídeo de alta definición, valga ésta pequeña prueba, recogida a unos 2000 m de profundidad.

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