LOS PICOS DE EUROPA ENTRAN EN LA CONTIENDA POR EL RÉCORD HISTÓRICO DE TEMPERATURA MÍNIMA ABSOLUTA REGISTRADA EN ESPAÑA

Ésta entrada no es sobre mi actividad profesional, sino sobre un proyectito que hago en los ratos libres con unos amigos en la montaña: Miguel Iglesias, Hector García Hevia, los hermanos Javier y Sergio Pajares, Adrián Rodríguez, Javier Rodríguez, y otros, del Proyecto Jous de Picos de Europa. Objetivo del proyecto: Registrar la temperatura más baja de la historia de España. El 19 de Febrero de este 2016, en la Vega de Liordes (sector leonésdel Parque Nacional de Picos de Europa perteneciente al municipio de Valdeón), se batió el récord de temperatura más fría de la historia de España con -32,7°C, rebajando en 7 décimas el anterior registro que databa del 3 de febrero de 1956 en la estación de Estany Gento (Pirineo leridano).

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La medición fue realizada por uno de los termómetros registradores que un grupo de aficionados a la meteorología y la montaña instala y mantiene – con sus propios medios personales y económicos, aunque con el apoyo y autorización del Parque Nacional – en pequeñas garitas distribuidas por los  “jous” (dolinas kársticas) de los Picos de Europa.

El grupo ha desarrollado seis campañas de medidas prospectando estas depresiones del terreno, aunque en ninguna de ellos se ha conseguido una serie completa de todos los inviernos. Diversos avatares – avalanchas, nevadas que tapan pértigas de 6 metros e incluso algún caso de vandalismo – han impedido conseguir esta continuidad.

Hasta este año se había logrado batir un registro de temperatura mínima mensual, cuando los -30,6°C medidos en Hoyos Sengros el 13 de diciembre del 2013 superaron a los -30°C de Calamocha medio siglo antes (17/XII/1963), que suponen el récord oficial de España para un enclave habitado.

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Haciendo medidas en Hoyos Sengros, en el Macizo Central de Picos de Europa

El dato de Liordes quedaría en el tramo inferior del rango del récord absoluto vigente del Estany Gento, -32 ºC medidos con un termómetro cuya precisión seria ± 1 ºC. En otro enclave pirenaico con unas características geomorfológicas similares a las de los “jous” de Picos se han registrado temperaturas del mismo rango este mismo año, aunque se trata de un registro sobre cuya exactitud sus propios responsables recomiendan cautela.

Éste y otros registros ampliamente inferiores a los veinticinco grados bajo cero hacían presagiar que cuando se dieran las condiciones atmosféricas apropiadas (entrada de aire siberiano o polar, viento en calma, cielos despejados y noches largas), alguna de las estaciones instaladas en Picos daría la campanada.

A priori el pasado invierno había sido poco propicio para la obtención de registros importantes. La propia Agencia Estatal de Meteorología apuntaba a su conclusión que: “El invierno 2015-2016 […] ha tenido un carácter muy cálido, […] superando en 0,73° C al anterior registro más alto del siglo actual que correspondía al invierno de 2007-2008” Es decir, el invierno más cálido de los últimos 26 años.

Estas expectativas tan poco halagüeñas hicieron que la sorpresa del equipo fuera mayúscula cuando acudieron a la Vega de Liordes a recoger datos el 17/VII/2016.

Estado de la Vega de Liordes durante la jornada en la que se acudió a la recogida de los datos y se descubrió el récord.

A pesar de lo benigno del invierno, bastó un breve período de condiciones atmosféricas apropiadas para que la orografía y la morfología del terreno – factores determinantes a la hora de registrar temperaturas extremas, incluso más que la altitud – hicieran su labor.

Situada en la cara sur del Macizo Central de Picos de Europa, en la provincia de León, y dentro del municipio de Valdeón,  la Vega de Liordes es uno de los poldjés (una depresión cerrada, de fondo plano y por lo general de mayor tamaño que una dolina) más importantes de la Península Ibérica. Cuenta con una altitud sobre el nivel del mar de 1.868m, un área aproximada de 750.000 m2 y una profundidad de unos 90m. En conjunto, estas características geomorfológicas conforman un entorno óptimo para la generación y acumulación de frío durante las largas noches invernales.

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Vivaqueando a -15ºC con Axayacatl Molina en Hoyos Sengros

Cuando a estas características se une la presencia de nieve – un estupendo aislante que evita que el suelo caliente el aire y por tanto acrecienta las pérdidas de calor por radiación – y viento en calma con cielos despejados durante la noche, tenemos lo que técnicamente se denomina en la bibliografía científica como “CAP”(del inglés Cold Air Pool, Piscina de Aire Frío).  A grandes rasgos, se trata de un sistema aislado en el que el calor se irradia hacia la estratosfera sin que haya nuevos aportes térmicos hasta que el viento o el sol interrumpen la pérdida. Este gran congelador natural es capaz de generar tanto frío – o más apropiadamente, perder tanto calor – que en apenas unos cientos de metros de distancia se pueden obtener diferencias de temperaturas de más de 35°C. Esta peculiaridad microclimática podría explicar la presencia en Liordes de endemismos de gran valor ecológico.

Fue precisamente este fenómeno, una piscina de aire frío, el que en la noche entre el 18 y el 19 de febrero del 2016 llevó al valor récord de -32,7°C a las 8:50 de la mañana, justo antes de que el sol pusiera fin a la inversión de temperatura.

A esas horas, Moscú disfrutaba de unos agradables -6°C; para encontrar registros similares ese día, habría que irse a los -33°C de Verkhoyansk, en Siberia, tradicionalmente considerada la ciudad más fría del mundo, o de Dawson, la capital de la fiebre del oro del Yukón canadiense. El Polo Sur, en otra liga, marcaba ese día unos ¿inalcanzables? -46°C.

En ocasiones, el mal de altura provocaba comportamientos extraños durante algunas de nuestras excursiones meteo-montañeras. Vídeo cortesía de Miguel Iglesias.

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