Aclaración sobre las nieblas costeras en La Nueva España

En un reciente artículo en La Nueva España explicaba que las recientes nieblas costeras se producen por la surgencia de aguas profundas y frías en la costa de Asturias que hacen que se condense el vapor de agua de la atmósfera. Un aspecto clave de la explicación es que cuando los vientos del nordeste soplan de forma continuada, apartan el agua caliente de la costa, haciendo que las aguas profundas reemplacen el vacío que se genera. En la entrevista no entré en más profundidades, pero algunos amigos me indicaron que debía de haber algún error, ya que un viento del nordeste debería de empujar el agua hacia el suroeste, no hacia el norte. A la escala de una palangana llena de agua  sobre la que aplicamos un ventilador, o de una bañera, o incluso de una piscina, ésto es cierto. Pero a las grandes escalas (o «mesoscalas») a las que se producen los afloramientos, empieza a intervenir una nueva componente denominada «efecto de Coriolis», que modifica la trayectoria de la masa de agua haciendo que se desplaze hacia la derecha de su dirección de movimiento. Este efecto se propaga de forma escalonada hacia abajo, haciendo que, a medida que aumenta la profundidad, la deflección debida a Coriolis sea más acusada con respecto a la dirección del viento en superficie. Ésto es lo que se conoce como «Espiral de Ekman«. El resultado neto es que la capa superior del océano afectada por la espiral de Ekman (que pueden ser unos 20 m a nuestra latitud) se mueve en promedio en un ángulo de 45º hacia la derecha con respecto a la dirección del viento, en nuestro caso hacia el Noroeste. Es decir, empuja el agua superficial mar afuera, creando un vacío en la zona costera que se llena con agua que asciende de zonas profundas (lo que se conoce como «bombeo de Ekman»).

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