Ya se han iniciado las labores para proceder a la descontaminación de la antigua mina de mercurio de La Soterraña, en Lena. Se trata de un proyecto liderado por la Universidad de Oviedo, que cuenta con un presupuesto de 1,4 millones de euros y va a utilizar una técnica pionera: se utilizarán materiales residuales de empresas asturianas como escoria de alto horno, yesos, cenizas de térmica y restos de la fabricación de cemento para «captar y retener» los elementos contaminantes. ¿Y qué efectos puede tener este experimento en la zona y en sus habitantes? Es la preocupación que representantes de vecinos y de asociaciones de Muñón Cimero han trasladado por registro al Ayuntamiento de Lena, reclamando información sobre este proyecto y su impacto en quienes residen cerca de la antigua explotación.

Desde los colectivos se indicaba ayer que han esperado al inicio de los trabajos para comprobar si alguien del proyecto o del Consistorio convocaba una reunión para dar información de primera mano; no ha sido así, por eso han remitido un escrito reclamando información, que ya ha recibido respuesta municipal. En la misiva recibida se señala que es la propia Universidad la que tiene que ofrecer los datos solicitados, «dado que la gestión y coordinación de este proyecto» corresponde a la institución académica.

Pero son más datos lo que piden los vecinos de la zona; además de que se garantice la seguridad de los áridos que se utilicen en la iniciativa, se pide saber qué parcelas van a ser objeto del programa de descontaminación. También se exige que se cierre el perímetro del terreno contaminado. Otro de los temores es que pueda haber material radiactivo y se insta a hacer pruebas al respecto para descartar totalmente esta posibilidad.

Reclaman un cierre perimetral de la antigua explotación que tiene mercurio y arsénico

Estefanía Díaz, directora técnica responsable del proyecto para descontaminar la antigua mina de mercurio, señalaba recientemente que la idea es aplicar los posibles usos de lo que denominan ‘subproductos’ para contener el mercurio y el arsénico que se producía en esta instalación. Los ensayos, posteriormente, se quieren trasladar a la vieja explotación de El Terronal, en Mieres. Se trata de las actuaciones asociadas al proyecto SUBproducts4LIFE.

La iniciativa está coordinada por la institución académica asturiana y financiada dentro de la convocatoria de 2016 del Programa LIFE de la Comisión Europea en el área de medioambiente y uso eficiente de los recursos. Liv Brandt, una de las responsables de la investigación, aseguraba que va a ser una zona más segura para los vecinos que viven cerca de esta zona. Pero ellos no se fían.

De toda formas, los colectivos consideran que esta actuación es insuficiente. Explican que es precisa una actuación más en profundidad para limpiar la parcela. Esta mina funcionó desde 1950 hasta 1974 y está afectada por la contaminación de metales como el arsénico y el mercurio.

Futura explotación

Otro de los temas que preocupa a la comunidad vecinal, y mucho, es el plan de investigación previsto para el Aramo en busca de oro, plata, bario, bismuto, cobalto, cobre, fluorita, níquel y mercurio entre los concejos de Lena, Morcín, Quirós, Riosa y Proaza por una empresa minera asociada a un fondo de inversión. «Que no nos engañen, el mercurio solo se encuentra en esta zona y puede que vuelvan a extraerlo», señalan desde la población.

Fuente: El Comercio

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