La cultura de la sidra está viva; si se explica bien, atraerá más a los jóvenes

«Nuestra exposición en la Feria tiene de todo, hasta manzanas: maduraron antes por el cambio climático»

Luis Benito García, director de la Cátedra de la Sidra de la Universidad de Oviedo, fue el comisario de la exposición de la sidra en el stand del Principado de Asturias en la Feria de Muestras. Dice ver «con optimismo» la posibilidad de que la postulación de la cultura sidrera a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad anime a las nuevas generaciones a «reengancharse» al consumo sidrero.

– ¿Cómo es la cultura sidrera?

Es una cultura milenaria, hay datos de que en Asturias se elaboraba sidra ya en el siglo XVIII. Es una cultura viva que ha ido evolucionando constantemente y se ha adaptado a circunstancias adversas para adaptarse a la sociedad de consumo. En la exposición repasamos su historia.

– ¿Con qué etapas?

La exposición empieza con una pomarada, con la recreación de las manzanas más típicas de Asturias, y la primera sala, que cuenta con la reproducción de un cuadro de Piñole, recrea las pomaradas tradicionales, porque de aquella los dejaban crecer y la producción, por lo tanto, era más inestable. Luego, gracias a donaciones del Serida, tenemos expuesta otra pomarada de cuando se empezaron a hacer prácticas como el injerto, la poda y los abonos.

– ¿Cuándo empezó esa segunda fase?

En el siglo XVIII y aquí, sobre todo, en el siglo XIX, por el proceso de industrialización y urbanización. Recogemos cómo los llagares se fueron modernizando, con nuevas maquinarias. Tenemos expuestas hasta manzanas, que las conseguimos porque el cambio climático está haciendo que se anticipe la campaña. Es una lástima, en realidad. La exposición tiene de todo, también corchadoras y embotelladoras, y la historia de la sidra achampanizada.

– ¿La puede resumir?

Nació internacionalizada. La sidra viajaba mal, se echaba a perder en viajes transatlánticos, y la comunidad asturiana en América demandaba el producto. Se creó a finales del siglo XIX. El stand también recoge la historia de los envases de consumo. Se empezó a beber sidra en jarras de madera, luego de cerámica, y luego en cristal, con la gran industria vidriera que tuvo Asturias. Los vasos de antes, como se ve en la muestra, eran muy gruesos. Se fueron haciendo más finos y anchos para facilitar el escanciado. También tenemos una sala dedicada a la DOP, algo muy importante, y recreamos una tienda bar-mixto, mítica de los pueblos, como lugar de ocio. Queríamos recordar aquella época.

– ¿Confía en que la sidra le gane la batalla a la cerveza en los jóvenes?

Competir con esa industria es difícil, pero ya hubo una época de desaceleración del consumo en los años 60, la época del cubalibre, y al final la gente volvió a la sidra. Creo que, explicándolo bien, explicando que es una industria sostenible, y de kilómetro cero, volverá a pasar lo mismo con los jóvenes.

Noticia publicada en La Nueva España.